El Papa recibe en audiencia privada a un transexual de Plasencia
© ANDREAS SOLARO
El Papa, durante una misa en la basílica de San Pablo el 25 de enero.
El Papa Francisco recibió el pasado sábado 24 de enero a un transexual español, Diego Neria Lejárraga, de 48 años, después de que éste se pusiera en contacto con el Sumo Pontífice para pedirle apoyo ante el rechazo y la incompresión que sufre a causa de su cambio de sexo, según publica el diario Hoy de Extremadura y han confirmado fuentes del Obispado de Plasencia.
El encuentro, del que no hay imágenes porque fue una audiencia privada en la residencia papal de Santa Marta, se ha producido después de que Neria Lejárraga, creyente desde niño y católico practicante, enviara una misiva al Papa en la que le contaba el rechazo que sufrió en su localidad natal, Plasencia (Cáceres), de unos 40.000 habitantes, a la que regresó tras someterse a una operación de cirujía con la que cambió de sexo.
Diego Neria Lejárraga nació mujer pero siempre se sintió varón, según detalla al diario. "Mi cárcel era mi propio cuerpo", recuerda. De niño, escribía cartas a los Reyes Magos en las que les pedía que lo convirtieran en varón. Siempre contó con el apoyo de su familia, pero su madre le pidió que no se operara mientras ella viviera, según detalla la agencia italiana ANSA. A los 40 años, un año después de la muerte de su madre, decidió ponerse en manos de una cirujana plástica y, poco a poco, comenzó a cambiar su cuerpo, por lo que se trasladó a Madrid.
Cuando regresó a Plasencia, su aspecto físico había cambiado y se encontró con el rechazo de parte de su entorno. Lo que más le dolía era la actitud de los creyentes. "¿Cómo te atreves a entrar aquí con tu condición? No eres digno", le dijeron algunos católicos cuando Diego quiso volver a su iglesia. "Eres la hija del diablo", dice que escuchó un día en plena calle de boca de un sacerdote.
Neria se encerraba en casa a llorar y decidió a escribir al Papa, según relata el diario. "Nunca antes me hubiera atrevido [a pedirle ayuda a un Papa], pero con Francisco sí; después de oírle en muchas intervenciones, sentí que él me escucharía", confiesa.
Mandó la carta a través del obispo de Plasencia, Amadeo Rodríguez Magro, en quien afirma haber encontrado consuelo y apoyo. Tras recibir su carta, Francisco le telefoneó a finales del año pasado, en concreto el Día de la Inmaculada. La llamada era de un número oculto y, aunque Digo no suele cogerlo cuando esto ocurre, esta vez sí lo hizo. "Soy el Papa Francisco", fue lo primero que le dijo, para añadir que sus palabras le habían "llegado al alma" y que quería conocerle. Poco antes de Navidad volvió a llamarle para fijar la fecha del 24 de enero.
Lejárraga asistió al encuentro con el Pontífice acompañado de su prometida en una reunión privada que tuvo lugar el pasado sábado, a las cinco de la tarde. Durante su charla, preguntó al Santo Padre "si había lugar" para él en la casa de Dios. La respuesta de Francisco fue abrazarle, según revela el rotativo. "Si yo hubiera podido elegir, no habría elegido mi vida", se lamenta.
El Papa dejó clara su postura frente a los gais y a la orientación sexual de las personas el año pasado cuando, a preguntas de su periodista, respondió: “¿Quién soy yo para juzgarlos?". "Las personas homosexuales tienen que ser respetadas, como es respetada la dignidad de toda persona independientemente de su tendencia sexual", añadió.
No es la primera vez que el Papa llama personalmente a España. En enero del año pasado, el pontífice telefoneó para felicitar el año a unas monjas argentinas que viven en un convento de Lucena (Córdoba). Al no responder a la llamada, Francisco dejó un mensaje en el contestador: "Soy el papa Francisco. A ver si más tarde puedo llamar". En agosto, llamó a un joven de Granada que le había relatado por carta los abusos que sufrió por parte de varios curas. “Buenas tardes, hijo, soy el padre Jorge”, le dijo antes de pedirle perdón.