Cuantas veces la mente
nos llena el pensamiento
con mil promesas
que se lleva el viento.
Juráste amarme
interminablemente
y el viento se llevó
tu juramento.
Venías de mi brazo
por la vida,
como cadena
a un eslabón unida,
pero todo cambio
y una mañana
lanzaste el dardo de
la despedida.
Te fuiste y quede solo
en la ventana,
Mirando hacia una estrella
muy lejana
que tal vez ilumine
tu Camino ...
Mientras muere la noche
en la mañana
y el alma se me escapa en
un suspiro ...