"Las Cajas de Dios"
Tengo en mis manos dos cajas que Dios me ha dado para que sostenga.
Él me dijo, pon todas tus penas en la negra,
y todas tus alegrías en la dorada.
Yo escuché sus palabras,
y en ambas cajas mis alegrías y tristezas guardé.
Pero la dorada se fue poniendo más pesada
y la negra estaba tan liviana como antes.
Con curiosidad abrí la caja negra para saber
por qué seguía tan liviana y encontré,
en el fondo de la caja un hueco
por el cual habían caído todas mis tristezas.
Mostré a Dios el hueco y reflexioné en voz alta,
me pregunto ¿donde habrán ido mis penas..?
Él me sonrió, Hijo mío, todas tus penas están conmigo.
Le pregunté:
Señor, ¿por qué me has dado las cajas,
por qué la dorada y la negra con un hueco?.
Hijo mío, la dorada es para que cuentes tus bendiciones,
la negra es para que olvides todas tus penas.
Deberíamos considerar a todos nuestros
amigos como una bendición.