La madre canta
Cuando te traigo juguetes de colores, niño mío, entiendo el tornasol del agua y de la nube
y entiendo por qué
un hada pinta las flores por la noche y entiendo el arco-iris sobre el campo
y el nácar en la playa de la luna: cuando te doy juguetes de colores.
Cuando canto para que bailes, mi niño, sé por qué la música plateada del viento entre las
ramas y el coro de las olas alrededor del mundo y la cadencia de la luz sobre las hojas: cuando
canto para que tú bailes.
Cuando en tus pequeñas manos ávidas pongo dulces y golosinas, comprendo para qué la miel
en el cáliz de la flor y para qué la savia azucarada que en secreto madura la fruta, como el amor
un corazón: cuando pongo dulces y golosinas en tus pequeñas manos ávidas.
Cuando abrazo tu cara de jazmín y canela para hacerte sonreír, mi niñito querido,
comprendo la dicha que se extiende
por el cielo límpido de la mañana y la delicia en que la
brisa de verano envuelve mi cuerpo y la onda del trigal al medio día: cuando te abrazo para que sonrías