Cuando hablan los niños...
Al autor y orador Leo Buscaglia, se le pidió que
fuera parte del jurado en un concurso. El propósito
del concurso era encontrar al niño más cariñoso. El jurado
decidió unánimemente que el ganador
fuera un niño de 4 años. Este niño tenía un vecino ya anciano
a quien recientemente se le había muerto su esposa. El niño,
vio al anciano sentado en un banco del patio, llorando su pérdida.
Se fue hacia él y se sentó en su regazo. Cuando su
mamá le vio, le preguntó que le había dicho al vecino
y el pequeño niño le contestó: "Nada... sólo le ayudé a llorar"
Debbie Moons, maestra de primer grado, estaba discutiendo
con su grupo de alumnos un cuadro en el que estaba pintada
una familia. En la pintura había un niño que tenía el
cabello de diferente color al resto de los miembros
de la familia y uno de los niños del grupo sugirió
que el niño de la pintura podía haber sido adoptado. En
ese momento una de las niñas dijo: Yo sé mucho sobre
el tema de las adopciones, porque yo soy adoptada. Todos
se quedaron en silencio, porque muchos no entendían lo
que significaba ser adoptado. Uno de ellos preguntó
¿Qué significa ser adoptada? Y la niña le contestó:
“Significa que uno no crece en el vientre de su mamá sino
que crece en Su corazón"
Una niña de 4 años estaba con su pediatra. Mientras
el doctor le revisaba los oídos con el otoscopio, le preguntó:
-¿Crees que por aquí adentro encontraré al pajarito Abelardo?
" La niña permaneció en silencio.
Enseguida el doctor le pidió que abriera la boca y mientras
revisaba su garganta le preguntó:
-¿Crees que ahí dentro encontraré al monstruo galletero?"...
Y de nuevo la niña no contestó nada.
El doctor puso el estetoscopio en el pecho de la
niña y mientras escuchaba su corazón le
preguntó: -¿Crees que escucharé al osito
Barney ahí adentro? -OH, no contestó la niña, Barney está
pintado en mis zapatos. “En mi corazón está Dios”
Siempre que tengo la tentación de decepcionarme por mi vida,
me detengo a pensar en el pequeño Jaime.
Jaime estaba intentando conseguir un papel en una obra
de la escuela. Su mamá me dijo que había puesto su corazón
en ello pero aún así, temía que no fuera elegido. El día
que fueron repartidos los papeles de la obra, yo estaba
en la escuela y vi como Jaime salió corriendo con los
ojos brillantes de orgullo y una gran emoción. “Adivina
qué mamá” me dijo gritando las palabras que permanecerán
como una lección para mi: “He sido elegido para aplaudir y animar”
En Nueva York un niño de 10 años estaba descalzo,
frente a una tienda de zapatos mirando a través de
la ventana y temblando de frío. Una señora se
acercó al niño y le dijo: -Pequeño ¿qué estás mirando
con tanto interés en esa ventana? La respuesta
fue: -Le estaba pidiendo a Jesús que me diera un par de zapatos.
La señora lo tomó de la mano y lo llevó adentro
de la tienda, le pidió al empleado que le diera media
docena de pares de calcetines para el niño. Preguntó
si podría prestarle una palangana con agua y una toalla.
El empleado rápidamente le trajo lo que pidió y la señora
se llevó al niño a la parte trasera de la tienda, se quitó
los guantes y lavó los pies al niño. Para entonces el
empleado llegó con los calcetines, la señora le puso
un par de ellos al niño y le compró un par de zapatos.
Juntó el resto de los calcetines y se los dio al niño.
Después acarició al niño en la cabeza y le dijo:
-¡No hay duda pequeño amigo que te sientes
más cómodo ahora! Mientras ella daba la vuelta
para marcharse, el niño la alcanzó, la tomó de
la mano y mirándola con lágrimas en los ojos
le preguntó: -¿Es usted amiga de Jesús?
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