El escándalo por corrupción en la FIFA se esparcía el jueves por el mundo con amenazas de nuevas revelaciones, confesiones y la noticia del pago de dinero a Irlanda para evitar que fuera a los tribunales por un polémico gol ante Francia que le impidió ir al Mundial de Sudáfrica-2010.
No pasa un día sin que el terremoto que sacude al mundo del fútbol no dé lugar a alguna nueva réplica de gran magnitud. El miércoles, Chuck Blazer, exdirigente de la institución, había admitido el cobro de sobornos durante el proceso de adjudicación de las Copas del Mundo de 1998 y 2010.
El cerco se estrecha en torno del dimitido presidente Joseph Blatter, quien el martes sorprendió presentando su renuncia tras haber sido reelecto para un quinto mandato el pasado viernes en Zúrich en un congreso marcado por la detención de varios dirigentes acusados de corrupción.
Uno de los imputados por la justicia estadounidense, el exvicepresidente de la FIFA Jack Warner, afirmó tener documentos que demuestran la implicación del ente rector del fútbol mundial en las elecciones legislativas de Trinidad y Tobago en 2010. "He reunido una serie de documentos que muestra una relación entre la FIFA, su financiación y el Congreso Nacional Unido (UPC por sus siglas en inglés)", un partido de su país, dijo el trinitense Warner en una cadena de televisión.
"He decidido que no iba a guardar más secretos en beneficio de personas que ahora quieren destruir activamente este país, su imagen en el extranjero y su destino", subrayó. Según la prensa estadounidense, el FBI investiga al propio Blatter, todo remontando el hilo de las confesiones y revelaciones del "arrepentido" Chuck Blazer, el hombre que abrió lo que se ha convertido en una verdadera Caja de Pandora.
Blazer, la cara del fútbol de Estados Unidos y la Concacaf entre 1991 y 2013 y exmiembro del comité ejecutivo de la FIFA de 1996 a 2013, se confesó culpable en noviembre de 2013 de fraude, blanqueo de dinero y evasión fiscal. El millonario barbudo y pintoresco reveló a la justicia los secretos sobre la atribución de dos mundiales, lo que constituye el primer testimonio de un alto cargo de la FIFA sobre las prácticas oscuras de la más alta instancia del fútbol.
"En el periodo en el que trabajé para la FIFA y la Concacaf, yo y otros miembros del comité ejecutivo de la FIFA acordamos aceptar sobornos al menos en dos ocasiones", declaró Blazer en su presentación ante el juez. "En 1992 o alrededor de esa fecha me puse de acuerdo con otras personas para facilitar aceptar un soborno en relación con la selección de la nación anfitriona de la Copa del Mundo de 1998", añadió en otro momento este estadounidense de 70 años enfermo de cáncer.
Jacques Lambert, antiguo responsable del comité organizador del Mundial galo, está convencido de que no se "cometió ninguna irregularidad" para ser designado país anfitrión, aseguró este jueves. Sobre la elección de Sudáfrica-2010, la justicia estadounidense sospecha que Warner, entonces presidente de la Concacaf, cobró 10 millones de dólares a cambio de tres votos a favor de esa candidatura.
Sudáfrica admitió el pago de 10 millones a la Concacaf, pero aseguró que era para proyectos de desarrollo en el Caribe y no para sobornos. La policía sudafricana anunció este jueves la apertura de una investigación por este caso. La FIFA admitió la transferencia, pero negó la implicación del brazo derecho de Blatter, el secretario general Jerome Valcke, que el miércoles dijo no sentirse culpable del escándalo.
Paralelamente, la policía australiana indicó el jueves que investiga un presunto caso de malversación de fondos en el marco de la candidatura de Australia a la organización del Mundial-2022, que se atribuyó a Catar en un contexto de acusaciones de corrupción.
Otra bomba estalló el jueves en Europa, al saberse que la FIFA pagó a Irlanda para que no fuera a los tribunales por el gol de Francia tras una mano de Thierry Henry que le impidió ir al Mundial-2010, reveló el jueves el presidente de su federación (FAI) y confirmó después la institución internacional. "En enero de 2010, la FIFA y la FAI llegaron a un acuerdo para poner fin a sus diferencias. La FIFA había acordado entonces un préstamo de cinco millones de dólares a la FAI para la construcción de un estadio en Irlanda.
En ese mismo momento, la UEFA había desbloqueado también fondos para el mismo recinto", indicó la FIFA en un comunicado. Poco antes, el presidente de la FAI, John Delaney, había revelado a la radio estatal irlandesa RTE ese acuerdo: "Estábamos convencidos de que teníamos suficientes elementos para ir a los tribunales contra la FIFA por el modo en que perdimos" la eliminatoria de repesca con Francia. - Inglaterra se ofrece para 2022.
El excapitán de la selección inglesa David Beckham dijo este jueves que los hechos que se imputan a la FIFA son "despreciables, inaceptables y espantosos", mientras que el secretario de Estado del Deporte británico aseguró en el Parlamento que su país está dispuesto a organizar el Mundial de 2022 si se le retira finalmente a Catar.
Por su parte, el 'Rey' Pelé, que había dado su apoyo a Blatter para que siguiera al frente de la FIFA se colocó entre quienes tienen la "responsabilidad de proteger" el fútbol para las futuras generaciones.
El escándalo de corrupción nunca hubiera sido posible sin la "complicidad" de los grandes bancos internacionales, fundamentalmente estadounidenses, estimó de su lado el jueves la coalición de organizaciones Jubilee USA. Según la ONG, 26 bancos son mencionados en el acta de acusación, entre los cuales JPMorgan, Chase y Citigroup, y algunos de ellos permitieron a estos fondos "circular" en el sistema financiero estadounidense.