El Tour afrontará a partir del miércoles cuatro etapas de alta montaña en los Alpes en las que el colombiano Nairo Quintana tratará de arrebatar el maillot amarillo al británico Chris Froome para poder lucirlo el domingo próximo en los Campos Elíseos de París.
Toda Colombia está pendiente de las hazañas del líder del Movistar, a quien le separan 3'10" de lo que él mismo llama el "sueño amarillo", es decir, convertirse en el primer corredor de su país en ganar la prueba por etapas más importante del calendario ciclista internacional.
Froome, ganador del Tour en 2013, se ha mostrado hasta ahora más fuerte que sus rivales, sobre todo en las etapas de los Pirineos, pero la carrera ha dado algunos signos que pueden llamar al optimismo de Quintana.
El equipo de Froome, el potentísimo Sky, ha dado señales en las últimas etapas de que no parece tan fuerte como en los Pirineos, donde, por ejemplo, en la primera etapa, con final en La Pierre de Saint Martin, en la que Froome asestó un duro golpe a sus rivales, la formación británica impresionó al colocar a tres corredores entre los cinco primeros de la jornada.
Sin embargo, desde entonces, el australiano Richie Porte, clave en la subida a La Pierre Saint Martin, parece ir a menos, el galés Geraint Thomas, el otro hombre fuerte de la montaña, tuvo un aparatoso accidente el lunes en el difícil descenso del Cole de Manse y habrá que ver cómo se recupera, y el campeón británico de ruta, Peter Kennaugh, abandonó en la última etapa, enfermo, dejando al líder sin un buen elemento para trabajar en el llano.
Quintana, por su parte, repite desde el primer día que no se conforma con ser segundo (posición que ya logró en 2013, precisamente por detrás de Froome) y que su único objetivo es "el amarillo" en París.
El colombiano, además, llegó con menos días de competición que sus principales rivales, lo que le podría beneficiar en esta tercera semana de competición, cuando las fuerzas de todos los corredores comienzan ya a estar muy justas.
Los españoles Alejandro Valverde (compañero de Quintana en Movistar) y Alberto Contador (Tinkoff) podrían actuar de árbitros de la carrera, además de disputarse una plaza en el podio con el estadounidense Tejay van Garderen (BMC), que actualmente ocupa la tercera plaza en la general, a 3'32" del líder y que solo aventaja en medio minuto a Valverde y en 51 a Contador.
Tampoco habrá que olvidarse del italiano Vincenzo Nibali, más alejado a 7'49" de Froome, pero que parece ir a más y que podría convertirse en un importante aliado de alguno de los aspirantes que decida atacar al líder.
Serán cuatro etapas alpinas, con un total de 596 km, con ocho puertos de categoría especial o primera categoría y 10 de segunda y tercera.
Para abrir boca, los corredores recorrerán el miércoles los 161 km que separan Digne les Bains y Pra Loup, especialmente difíciles los últimos 50, en los que se deberá ascender el Col d'Allos (de primera categoría, 14 km al 5,9% de desnivel medio y la cima a 2.250 metros, la más alta en la presente edición de la carrera) y la subida final a Pra Loup (6,2 km al 6,5%, 2ª cat).
Es el mismo final que la recordada etapa del Tour de 1975, en la que el francés Bernard Thévenet despojó del maillot amarillo al belga Eddy Merckx, considerado por muchos el mejor ciclista de la historia, y que ya había ganado entonces cinco ediciones de la Grande Boucle.
Al día siguiente, el pelotón rodará entre Gap y Saint Jean de Maurienne, con 186,5 km de trazado muy accidentado: cinco pequeños puertos en los primeros 100 km, para después iniciar le larguísimo ascenso al Col du Glandon (21,7 km al 5,1%, de categoría especial) y el descenso vertiginoso a la meta, aunque antes habrá que subir otro puerto de segunda a 15 km para llegar a Saint Jean de Maurienne.
Sin tiempo para el descanso, el viernes se recorrerán los 138 km que separan Saint Jean de Maurienne y la Toussuire, de entrada con la subida inédita al Col du Chaussy (15,4 km al 6,3%, 1ª cat) nada más darse el banderazo de salida, la subida a la Croix de Fer por su vertiente más difícil (22,4 km al 6,9%, categoría especial), seguido por el Col de Mollard (5,7 km al 6,8%, 2ª) y el ascenso final a la estación de esquí de la Toussuire (18 km al 6,1%, 1ª).
Para despedir los Alpes, nada mejor que Alpe d'Huez, el mítico puerto donde 'Lucho' Herrera consiguió la victoria en 1984, el primer gran triunfo del ciclismo colombiano en Europa.
Será una etapa muy corta, de apenas 110,5 km desde Modane, que tuvo que modificarse por un desprendimiento de tierras en el Col du Galibier, siendo este sustituido por la Croix de Fer (cima a 60 km de la llegada), cuyo largo descenso de 46 km dará paso al mítico Alpe d'Huez, con sus famosas 21 curvas en 13,8 km de ascenso y un desnivel medio del 8,1%, aunque con rampas que llegan al 11,5%.
La gran novedad de la 102ª edición del Tour es que la subida al Alpe d'Huez se llevará a cabo en la víspera del final de la carrera, el domingo, con el paseo triunfal por los Campos Elíseos de París, donde Quintana y toda Colombia sueñan con recorrerlos de amarillo.