Alcánzame la copa de tu pena,
que yo quiero mirar su fondo oscuro.
No la bebas de golpe, te lo pido,
saboréala despacio, y sin apuro.
Si te embriagas de rabia o de amargura,
y te pesan los párpados de dudas,
allí mismo, en el fondo de tu pena
hallarás mi comprensión desnuda,
y en la mano caliente que te brindo
no estará la recíproca esperando,
pero sí mi corazón abierto,
junto al tuyo con ansias palpitando.
No desmayes, y alcánzame tu copa,
a esa pena le faltan muchas cosas:
la madura respuesta que da el tiempo
y la fuerza de lucha bondadosa.
Con un poco de amor serás muy fuerte,
y si ese amor suplanta lo imposible
vencerás con el tiempo toda suerte
y serás en la lucha lo invencible.
No mendigues jamás calor y abrigo,
que la lástima no llegue hasta tu puerta,
el afecto prestado es el castigo
que la vida por fácil siempre oferta.
Así ha de ser desde que el mundo es mundo,
desde que Dios te regaló existencia,
no la aproveches para ahogarte en ella
ni de la derroches buscando experiencia.
Y recuerda que con un poco de amor serás muy fuerte,
y si ese amor suplanta lo imposible,
vencerás con el tiempo toda suerte
y serás en la lucha... lo invencible.
JOSÉ LARRALDE