DEMENTES CON PODER
Por Roberto Hernández Montoya
¿Cómo se llama la demencia que lleva a tener miles de millones de dólares y seguir codiciando más? Y no solo codiciando, que puede ser hipotético y virtual y hasta sano, sino provocando guerras mundiales con millones de muertes, golpes de Estado, invasiones, destrucción de regiones y de países enteros, genocidios, ecocidios, etnocidios, torturas, miseria de millardos, esclavitud en prisiones de EUA, migraciones forzadas, matanza de bebés, discriminación racial, sexual, perversión de religiones y deportes, embrutecimiento masivo, devastación de culturas, trata de de personas, legitimación de capitales, ruina de la ética, totalitarismo mediático… ¿Sigo?
Porque eso es lo que hacen los grandes magnates desde que hay magnates. Sin piedad, sin mesura, sin tregua, sin modales. ¿Hay excepciones? Estarían en las enciclopedias y no he visto nada de eso en mis profusos años de consultas diarias, que ni Borges. Me refiero a Jorge Luis.
Esto va más allá del sadismo, que puede ser sana recreación de adultos retozones. Esto es otra escala. Por eso hablo de demencia, porque no veo otra cualidad. Por una herencia confusa se matan entre parientes, se envenenan, se apuñalan, se estrangulan. Se casan sin amor, procrean con odio y crían cuervos. ¿Sigo? Léete cualquier novela de Balzac, ahí está clarito el capitalismo.
Tienen un peligroso problema de autoestima que les lleva a incomodar su vida y arruinar la ajena. O son víctimas de las circunstancias que les llevan a corromperse. El Ciudadano Kane es un caso vistoso, ficticio pero real, no sé si me explico. Siempre les falta una moneda más, un porcentaje infinitesimal más. Perder una minucia les altera el ánimo hasta la depresión o la ira, generalmente las dos. Les quita el sueño un nuevo competidor. Bill Gates dice que no teme a IBM, Intel o Motorola, sino a dos veinteañeros en un garaje, porque de un garaje salió Apple. Jovenzuelos no siempre pobres lanzaron los que conforman el GAFA: Google, Apple, Facebook y Amazon.
La humanidad vive batallando con esta endemia desde hace siglos, con progresos limitados y retrocesos como el que estamos viviendo en Venezuela en estos días con una dirigencia opositora histérica, torpe y con poder.
Debemos rectificar caminos para evitar una tragedia mundial.