En estas últimas semanas he estado con una presión increíble en el trabajo, ya que las inscripciones finalizaron, y sigue llegando un río de estudiantes que no se inscribieron y que solicitan inscripción extemporánea.
Y como ya venció el lapso y la prórroga, pues les digo que se inscriban para el siguiente período.
Y entonces, me siento como la persona más mala e insensible del planeta,
al irse los estudiantes molestos o llorando por no haber podido inscribirse.
Y pienso “¿cuándo empecé a ser yo responsable de que ellos no se inscribieron a tiempo?”.
Por qué el malo soy yo?¿O es que el Policía de Tránsito es el malo
por ponerme una multa, por no respetar un aviso de “Pare” o un semáforo?
Quizás estamos acostumbrados a vivir en un mundo paternalista, acostumbrados a vivir de dádivas, prórrogas y de pedir favores, que cuando alguien quiere cumplir las normas, es rechazado por el sistema…¿O quizás es que soy muy radical y debo buscar ser más flexible?
Luis Castellanos