En algún lugar del horizonte…
Donde la luna tiende su manto de sabiduría y dulzura
Descansa placida la luz de tu mirada.
Mimada por la sabia de la vida…
Y dotada de lágrimas de ternura
Muestra inaccesible aquel momento en que nos besamos.
En la distancia quimérica de nuestras bocas
Un suspiro escapa…
Susurrando al viento el amor y la dicha.
Surcando la bóveda del tiempo
Comparte, entre las sombras, la nostalgia y los sueños.
En algún lugar del horizonte…
Donde la luna dibuja la silueta enardecida de tu belleza
Que, plena de satisfacción irradia la llamada del deseo.
Agoto mi tiempo sin dicha ni gloria.
En esa llamada esta contenida la esencia de toda necesidad
Con ingredientes esenciales de plenitud y satisfacción.
En algún lugar del horizonte…
Donde la luna enseña su cara mas lúcida
Deposito deseoso, cada gota de mi sangre
Pues de ella bebe mi amor por ti
Y en ella se alimenta la necesidad de poseerte
Desde este lugar apartado del tiempo
Entre laderas de angustia y deseo
Dibujo un horizonte donde nuestra morada
Esta construida de sueño y anhelo.
Con base fuerte de ternura, pilares de ambición
Y techo de temor y desesperación.
Dentro, descansan, sumidas en el delirio del baile
Nuestras almas protegidas
Que, impregnadas por el aroma de tu torso
Combaten en la batalla infernal de todo goce.
En algún lugar del horizonte…
Duerme, sin sentido, la nostalgia por tenerte.
Despertara de su letargo
Y penetrara en tu deseo por la puerta de tu sexo.
Acogiendo cada gota, de este despertar al deleite
Saborearemos el manjar de nuestro cuerpo
Alimentando en cada sorbo alma y espíritu
Que juntos forjan toda una vida
de pasión aletargada y de afán contenida.
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