Ante miles de militantes y ciudadanos que se acercaron a los tribunales de Cómodoro Py, la expresidenta Cristina Kirchner pidió crear un "frente ciudadano organizado" porque "no podemos permitir un retroceso como el que hemos vivido en otras etapas históricas". La exmandataria sostuvo que el eje para unificar ese frente no tiene que ver con pertenencias políticas, sindicales o sociales sino "que se le pregunte: ¿Cómo te está yendo? ¿Cómo estabas antes del 10 de diciembre?".
La expresidenta —quien demoró varios minutos en iniciar su discurso por el saludo fervoroso de los militantes— señaló que ese frente debe solicitarle a los legisladores del Congreso nacional que "representen el voto que los llevó a esa banca" porque "hay políticas por corregir y el Congreso tiene que hacer esas correcciones".
"Que ese Congreso al que llamaron 'la escribanía de Cristina' sea la escribanía del pueblo", ironizó la exmandataria, quien destacó tener el "orgullo" de haber sido presidenta por 8 años y contar con "escasísimos decretos de necesidad y urgencia. Y uno de ellos fue el que creó la asignación unviersal por hijo".
Cristina también se dirigió al Poder Ejecutivo y le exigió que "cumpla con la voluntad popular, a la que le prometió que cada día iba a estar un poco mejor e iba a ser más feliz". "Nunca vi tantas calamidades cometidas en 120 días", lamentó la exjefa de Estado al referirzar a la devaluación, la suba de precios y los tarifazos.
En ese tono, volvió a insitir con la idea de un frente ciudadano que convoque a reflexionar "¿Cómo vivió los últimos 12 años? Si con el mismo esfuerzo llenan el mismo chango" en el supermercado e interpeló a los dirigentes sindicales que "nos hacían huelga porque no querían pagar el impuesto a las ganancias y hoy están echando a los trabajadores como perros". La exmandataria insistió en el "frente patriótico debe ser de ciudadanos sin afiliación, porque hay gente que nunca va a ser kirchnerista y está bien, pero las cuentas hay que pagarlas y los changos los tienen que llenar igual".
"Siento que el pasado nos ha atrapado nuevamente", advirtió la exmandataria al enumerar —como lo hizo en el escrito presentado ante el juez federal Claudio Bonadío— los planes económicos y la persecusión aplicada por los gobiernos que derrocaron a Hipólito Yrigoyen y a Juan Domingo Perón. "Si pudieran borrar la letra K del abecedario, lo harían", sostuvo y recordó los dichos de "una diputada" respecto de que debían inhabilitar para ejercer cargos públicos de por vida: "Otra vez, la proscripción en la Argentina. Qué poco originales".
Cristina recordó que la Corte Suprema avaló el golpe contra Yrigoyen para advertir: "No podían haberse consumado los atropellos, las entregas, la desgracia sobre tantos argentinos y argentinas sin la complicidad del Poder Judicial".
Refieriéndose a la causa de dólar futuro por la que Bonadío la imputó, la expresidenta pidió a las miles de personas que la acompañaron que "no se preocupen" y resaltó: "Ustedes saben que voluntariamente renuncié a tener fueros. Se cansaron de editorializar, de publicar que iba a tener un cargo para conseguir los fueros, pero no los necesito, tengo los fueros que me dio el pueblo en dos elecciones consecutivas".
"Estén muy tranquilos, me pueden citar 20 veces más, me pueden meter presa, pero no callar. Voy a estar siempre con ustedes. No vean este hecho como el ataque a una persona. Reflexionemos juntos, recordemos la historia y verán que no es el único caso en el que una expresidenta perseguida", indicó y mencinó luego la detención de la dirigente social Milagro Sala, quien continúa encarcelada en Jujuy "sin saber de qué se la acusa, lo que atenta contra los derechos elementales de una democracia".
La ex jefa de Estado insistió en la "necesidad de organizarse" ante las medidas tomadas por el gobierno de Mauricio Macri "porque después cuesta mucho recuperarse y más en un mundo tan complejo. Vemos que historias similares se repiten a nivel regional con los gobiernos populares, que permitieron mejorar la vida de millones. Esto es una matriz comunicacional, política y judicial que se extiende en toda la región para identificar a los gobiernos populares con la corrupción" para abrir el camino a gobiernos de tinte conservador.
La tarea de los medios de comunicación se llevó un capítulo importante en el discurso de Cristina, en particular, con la resonancia de las cuentas offshore del presidente Mauricio Macri y parte de su gabinete reveladas por los Panamá Papers: "Las denuncias figuraron en todas las tapas de todos los diarios internacionales, menos en los de la Argentina. Una vez más, los medios de comunicación como con Yrigoyen, Perón y también con las atrocidades de la última dictadura, intentan tapar el sol con las manos".
Además del "escándalo internacional" de los Panamá Papers, la expresidenta recordó que como senadora llevó adelante —en una comisión de la que participaba la diputada de Cambienos Elisa Carrió— el juicio político contra tres ministros de la Corte Suprema, aquella de "la mayoría automática que absolvió al presidente por contrabando de autos" y calificó a la familia Macri como la "clave insignia de la patria contratista".
"¿Se imaginan si yo hubiese sido presidenta con antecendetes de ser absuelto por contrabando agravado? ¿Se imaginan si me hubiesen encontrado cuentas offshore a mí, a mí ministro de economía (en referencia al exministro de Hacienda porteño y actual intendente de Lanús, Néstro Grindetti), de mi hermano, mi padre...? Tanto que buscaron la ruta del dinero K, se encontraron con la ruta del dinero M", sentenció Cristina en la puerta de Comodoro Py ante los miles de seguidores, que respondieron: "Hay que saltar, hay que saltar... el que no salta tiene cuenta en Panamá".
"Los argumentos moralizantes tienen un solo objeto ir por los derechos adquiridos, por el bienestar que los argentinos se ganaron en estos 12 años de gobierno, en los que generamos millones de puestos de trabajo", aseguró la exmandataria y denunció: "Hay muhcos más despidos en el sector privado que en el público, hay persecusión ideológica, trabajadores que cambian sus perfiles en las redes sociales. Hay industrias en crisis, comercios cerrados, tarifazos sobre servicios imprescindibles para la gente".
"El Gobierno no cuida a los argentinos. Hemos sido respetuosos de la voluntad popular, como expresidenta he guardado un respetuoso y democrático silencio. Pero la voluntad popular no la tiene que respetar solo la oposición, el que más la tiene que respetar es el Gobierno, que ganó diciendo que no iba a echar, no iba a haber ajuste, no iba a devaluar. Que él respete esa voluntad", advirtió Cristina e insistió en la creación de un frente ciudadano en el que "el punto de unidad sean los derechos perdidos o la felicidad perdida".