La felicidad no tiene peso, ni medidas no puede ser comprada,
no se presta, no se pide prestada, no resiste cálculo
porque material no es, sólo puede ser legítima.
Felicidad falsa no es felicidad, es ilusión.
Pero, si yo supiese hacer cuentas para medir el bien diría que la felicidad sí puede tener tamaño, puede ser grande, o pequeña, tan pequeñita que puede caber en la palma de una mano, pero, también puede alcanzar el tamaño del mundo.
La felicidad es sabiduría, esperanza, deseo de ir, de quedarse, es presente, pasado y futuro.
La felicidad es confianza: creencia, trabajo y acción.
No se puede tener prisa para ser feliz,porque ella viene bien despacito, como quien nada quiere.
Ser feliz no depende del dinero, tampoco depende de la salud, ni del poder.
La felicidad no es fruto de la ostentación ni del lujo.
Felicidad es desprendimiento, no es ambición.
Solamente es feliz quien sepa soportar, perder, sufrir y perdonar.
Sólo es feliz quien sepa, sobretodo, amar.