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TUS PEQUEÑOS TIRANOS… Cada pequeño tirano que en tu vida te molesta, ¡no llegó de contramano para "arruinarte la fiesta"!
Es tu alma la que dispuso -por tu propia evolución-, que te trajera ese "intruso" el fuego de la fricción.
¿Cómo pulir lo "imperfecto" que te sigue adónde vas, -las sombras de otros contextos que no te dejan en paz-,
si no encontrases "villanos" que pongan en evidencia, esos registros lejanos que te apartan de tu esencia?
Disfrazados de vecinos, de familiares, o jefes, ¡te embrollan los remolinos de sus tejes y manejes!
Y cuando por fin estallas en un rapto de impaciencia, ¡allí puedes ver las fallas que te nublan la conciencia!
Pues tu reacción visceral de frustración y de rabia, te está mostrando al final -de una manera muy sabia-,
que absorbiste esa energía porque "resonó" contigo…, ¡y es que "algo" de ella, ya había en tu vibración, mi amigo…!
El otro, en su fatuidad, y con su trato incorrecto, ¡te da la oportunidad de ver en ti esos defectos!
Pero cada vez que pagas mezquindad con mezquindad, una luz en ti se apaga… ¡y abrazas la oscuridad…!
Más si al verte reflejado en la sombra de ese espejo, no resulta de tu agrado lo que te muestra el reflejo,
puedes usar esa cuita a manera de escalón, en la escalera infinita de tu propia evolución…
Dejas entonces, de pronto, de verlo como "un castigo", y entiendes que él, en el fondo, ¡nunca ha sido "tu enemigo"!
Y asumes que ese "villano" que te sacaba de quicio, ¡era tan sólo un hermano que te brindaba un servicio!
Ves entonces la importancia de ese "cruce de caminos", ¡y es que no hay ninguna instancia que sea "casual" en tu sino!
Porque aquello, compañero, que ese "encuentro" te brindó, ¡ha llegado a tu sendero como tu alma lo planeó!
Y también en ese instante empiezas a comprender, ¡que nadie puede afectarte si tu no le das poder!
¡Y le agradeces a aquél que consintió -en otro plano-, desempeñar el papel de tu "pequeño tirano"…!
Poema de Jorge Oyhanarte
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