Tiene un propósito provocador. Por estructura, por líneas y por valor. Costará USD 1,86 millones cada una de las únicas diez unidades que se ofrecerán en el mercado. Semejante cotización deja en evidencia la faceta extrovertida de este automóvil pretencioso.
No es un auto de guerra aunque provoque esa impresión. No es un ejemplar de Batman aunque se asemeje a un batimóvil versión SUV. Rememora las formas de un avión militar de combate con tecnologías furtivas pero nada más lejos que eso. Ni siquiera es blindado ni resistente ni permeable a hipotéticos ataques. Toda su espectacularidad brota de un modelo bastante convencional: el Ford F-450 Platinium, un vehículo de neto corte industrial que le provee sus principales componentes mecánicos.
Su silueta encubre las prestaciones de un motor de rigurosa serie. Bajo el capot se descubre un 6.8 V10 Tritón de gasolina capaz de entregar 367 CV de potencia máxima. Dentro del auto más exagerado del Salón de Beijing se instauró el interior y la consola de un Ford F-150, el modelo más exitoso de Estados Unidos. Aunque con sello propio: el habitáculo está personalizado con detalles dorados y materiales como nappa y molduras de madera.
La estructura, la mecánica, el diseño interior, el tablero de mandos pertenecen a la marca del óvalo. El responsable del diseño radical es IAT Automobile Technology, una compañíade capital y origen chino. La denominación de esta bestia reincide en su opulento plan de impactar: Karlmann King se traduce en Rey Carlomagno.
En su figura radica sus consignas más asombrosas. Es un monstruo de seis metros de largo que impacta por su agresivo diseño exterior. Sus líneas recrean una matemática futurista: ángulos, aristas, polígonos le proporcionan una presencia musculosa e impactante. Su misión fue acaparar la admiración. Lo consiguió.