Cuando encuentras tu belleza interior y te conectas con ella, se reflejará en todas tus expresiones,
en tus actos, en tus ojos y en tu cara, ese amor que emana de tu corazón.
Cuando hablamos de belleza, fácilmente podemos percibir que hay dos tipos de belleza, sin que
una sea necesariamente el resultado de la otra; hay una belleza exterior, que es tangible, se puede ver,
palpar, apreciar, tiene raíces genéticas, gracias a nuestros padres, y además hasta cierto punto,
se puede moldear o implementar con las manos del hombre, de la ciencia, la tecnología y las
cirugías plásticas; hay otra belleza que es la interior, que es intangible, difícil de ver con tus ojos,
pero fácilmente la puedes identificar y percibir con los ojos de tu corazón, es decir desde tu conciencia;
ella es moldeable pero a diferencia de la belleza exterior, es infinitamente joven, emana de tu corazón,
de tu centro, de tu ser y es la única belleza que te puede dar paz interior, alegría y amor.
La belleza exterior, es una proyección de tu mente que es totalmente irreal, es simplemente una fantasía
y es totalmente subjetiva. Una persona que para mí, es espectacularmente linda, para otra persona puede
no serlo. Por eso, la mayoría de las personas de cierta raza ven feas a las personas de otras razas,
y viceversa ya que no son llamativas para ellas, y en sus mentes el concepto de belleza
es totalmente diferente.
Cada uno de nosotros tiene un patrón de belleza programado en su mente, a través de las creencias,
de lo que los medios de comunicación nos han mostrado y de lo que el mercadeo y la publicidad
nos han vendido. Por eso, cuando entablamos una relación con una persona que consideramos
atractiva y bonita físicamente, nunca podremos tener la certeza de que esta relación vaya a florecer,
ya que en la mayoría de las ocasiones cuando pasa el estado de enamoramiento inicial, que está
influenciado por una alteración química generada en tu cerebro y cuando el deseo insaciable de
conquistar y poseer se termine, lo que queda en el fondo es la belleza interior de esa persona.
Y cuando esto sucede, y la mente deja de interpretar y ve lo que realmente es esa otra persona,
es cuando esos dos seres se pueden unir y complementarse para disfrutar de la magia del amor,
o por el contrario ven que son como el agua y el aceite, no son compatibles y que sus vidas
deben seguir por caminos separados.
He visto como, a través de la historia, la humanidad ha intentado todo para encontrar la fuente
de la eterna juventud. Desde miles de diferentes fórmulas, amuletos, brujerías, pócimas, hasta todo
tipo de ejercicios, cirugías, sustancias, cremas, etc. El sueño de miles de personas ha sido no
envejecer, pero todas, absolutamente todas, no solamente han envejecido, sino que han muerto,
a pesar de gastar grandes cantidades de dinero y tiempo precioso para no hacerlo. Esto me hace
reflexionar y pensar, que en lugar de desgastarnos tratando de encontrar la fuente de la eterna
juventud y de dejarnos dominar por el miedo de no ser admirados, aprobados y reconocidos
por nuestra pareja, nuestros seres queridos y por los demás, debemos centrarnos en buscar
la verdadera libertad. Esta libertad la encontraremos cuando nos liberemos de los miedos
y encontremos el poder maravilloso de la imaginación y la creatividad, para poder vivir la vida a plenitud.
Por eso, para mí, la fuente de la eterna juventud, está en nuestro interior, en nuestro espíritu
libre, indomable, que perdura en el tiempo y que nunca envejece. Puedes estar totalmente viejo,
arrugado, demacrado, pero tener mucha paz, alegría, felicidad y mucho amor. O puedes ser joven,
bello en tu exterior pero en tu interior puedes vivir angustiado, estresado, deprimido, lleno de miedo
e infeliz. Pero cuando cultivas tu espíritu y cuando realmente abres tu corazón sin prevención,
al igual que las flores liberan su fragancia, tú liberarás ese aroma que los demás podrán
percibir y adornará de luz y alegría tu belleza exterior y podrás oler y saborear por primera
vez la fragancia divina. En ese momento, no importará que edad tengas, porque cuando tu
espíritu se siente joven, todo en tu vida será diferente y te inspirará a danzar la danza de la vida,
sin importar cómo te veas físicamente.
(Recibido en mi correo)
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