Guardaré intactas las gaviotas que hoy vuelan en mis manos
para que mañana vivan en tu alma virgen de soledades.
Quizás renuncie a lo que más ame…
solo para amarte mas todavía.
No habrá sol que no lleve tu nombre,
y en el lado oscuro de la luna encontrarás tal vez una historia que contar.
Clavaré la espina de tu rosa en mi pecho
para que esquives el desencuentro de algún amor.
Llevarás en tus ojos la pasión eterna de mi pasado
y en tu sangre la fuerza que me faltó.
En tu risa sonará el aroma de mi niñez
y serán tus pasos la continuación de los míos.
Y sabrás del dolor tal vez, del engaño y la traición
Entonces cuando ese día llegue y mis brazos te falten,
Se escuchará mi grito en tu palabra y volverás a sentirme ahí
En el mismo lugar de donde jamás partí.
Te dejaré además, gestos míos, mi andar apurado y
la canción con la que me viste llorar.
Aprenderás lo que una vez me enseñaron a mí y tal vez algún día,
puedas decir el nombre que durante tanto tiempo se silenció a fuego en mi alma.
Sabrás lo que no supe, defenderás lo que yo temí y
quizás odies con tu propia furia lo que yo tanto amé.
Me idolatrarás, me negarás, me olvidarás y me volverás a amar,
porque por siempre llevarás dentro tuyo mi parte de madre, amiga y mujer.
No te prometo un camino fácil…
Solo te propongo esperarte una vez mas…
y tal vez cuando llegues…
Yo ya habré aprendido.