No solo las aves tienen alas, también las poseen los sueños, sino, no existirían, porque soñar significa salirnos de aquello que nos limita y nos ata al suelo. No solo las aves tienen alas, también vuelan los pensamientos, llegan hasta donde desean llegar, traspasan fronteras, generan ilusiones y emociones desde dentro; consiénteles volar, sin perder la coherencia de lo que es real y no te hará mal.
No solo las aves tienen alas, también nuestros sentimientos, cuando nos admitimos experimentar lo que alguna vez creímos no sería nuestro, nos damos permiso de amar, concibiendo en el amor que vuelan de la mano nuestra mente y corazón, sintiéndose plenos, sin perder la mirada del destino al cual desean llegar, ni alejarse demasiado de la realidad que nos mantiene cuerdos.
No solo las aves tienen alas, también nosotros las tenemos, pero para aprender a volar, hay que saber controlarlas y no dejar que simplemente se extiendan y vayan sin pensar lo que quieren y a donde van, dejándose llevar por el viento y el tiempo, o por el afán de escapar de aquello que cuesta muchas veces aceptar como real, porque hace doler mucho por dentro.
No solo las aves tienen alas, también nosotros las tenemos, aunque algunas veces sintamos que nos las rompen o nos las quiebran porque no nos permiten expresar lo que sentimos y queremos. Sé que con amor se pueden sanar y la oportunidad de liberar aquello que necesitamos dejar volar.
No solo las aves tienen alas, tu y yo las tenemos, son alas que solo se ven cuando tenemos los ojos del corazón muy abiertos; gracias a ellas podemos soñar, pensar, sentir, amar, orar, luchar por llegar hasta donde anhelamos, sin acomodarnos en la rutina, ni limitar lo que somos y tenemos.
No solo las aves tienen alas, los seres humanos también las tenemos, extiéndelas, llénalas de fuerzas con lo que llevas en tu corazón y deja que las dirija tu razón, así sabrás llegar a donde quieres y no te vas a estrellar, porque tus alas tienen el equilibro que solo la Fe y la esperanza saben dar.
No solo las aves tienen alas, mis letras también saben volar, por eso traspasan fronteras, tocan corazones, se elevan al cielo y se convierten en oraciones.
Kary Rojas