ADIÓS
¡Adiós! si dicha se concede al hombre de una plegaria en premio, ésta tu nombre elevará hasta el trono del Señor. Promesas, quejas, llanto, fueran vanos; más que el lloro, exprimido, ya sangrante, de ojos sin luz, tenaz remordimiento esta palabra dice... ¡Adiós! ¡Adiós!
Secos están mis ojos, extinguida mi voz, pero al dejarte, de mi vida se adueña para siempre un gran dolor. Aunque el pesar y la pasión torturan mi corazón, quejarse no le es dado... Yo sólo sé que en vano hemos amado... Sólo puedo sentir... ¡Adiós! adiós.
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