CARTA DE AMOR III
Y ya ves:
yo estoy solo, murmurando tu nombre, recordando los besos que te di y no te di,
y acaso tú, esta tarde, le sonreíste a un hombre que ni siquiera se parece a mí.
O puede suceder, quién sabe cuándo, que irás entre el gentío de una calle cualquiera,
y yo sé de qué modo se le quedan mirando a una mujer bonita que pasa por la acera.
Sí, tal vez siento celos, celos tristes, celos de no estar juntos, celos de no sé quién;
celos de por qué sales y de cómo te vistes, que no quieren ser celos y son celos también.
Y de repente no te siento mía, o estás como más lejos de repente,
y tengo la tristeza de una casa sombría donde aún sopla el perfume de una mujer ausente.
Afuera está la tarde, con su gris infinito; afuera está la lluvia, calladamente cruel,
y quisiera decirte cómo te necesito... pero se me emborrona la tinta en el papel...
JOSE ANGEL BUESA
|