Revisa tus bolsillos y di en voz alta: “Lo siento, pero estoy buscando en mis bolsillos una razón para seguir escuchándote y la verdad es que no encuentro nada”.
2. La molestia en el ojo.
Pretende que algo se acaba de meter en tu ojo y pregúntale a la persona que te está hablando si ve algo. Y
luego dile, “¿Se ve como si hay algo ahí que parezca que… me importe lo que estés diciendo?”
3. Crear un campo imaginario donde nada te puede importar.
Haz gestos con los brazos como en un campo imaginario y di: “¡He aquí el campo en el que siembro las cosas que me importan…
Mira dentro de él y descubrirás que es árido”.
4. La lista de las cosas que realmente no te importan.
Pide prestada una pluma y luego alegremente dile, “¡Voy a añadir eso a mi lista de cosas que no me importan!”
5. Verte en el espejo.
Saca un pequeño espejo imaginario y finge que te estás viendo en él, y di,
“Lo siento, me estaba revisando para asegurarme de que no pareciera que en realidad me importa lo que estás diciendo”.
6. El robot valemadrista.
Empieza a hacer un baile de robot, y luego di con voz de robot, “Bip bip, me vale madre”.
7. El último me vale madre.
Finge mecer y acariciar a un animal en tus brazos, y luego di, “Esto que tengo aquí es lo último que me importa en la vida, el resto se ha extinguido”.