BMe desperté del susto con litros de sudor frío recorriéndome el cuerpo...
¿Qué había sido eso? ¿Cómo un sueño tan agradable se podía haber convertido en tan horrible pesadilla? Me levanté y antes de salir por la puerta eché un vistazo a mis dos hermanas pequeñas que dormían plácidamente en sus camas.
Salí de la habitación y me dirigí a la cocina. Todavía estaba sudando. Entré en la cocina, encendí la luz y me fui derecho a la nevera. Saqué un cartón de leche y me puse a beberlo a morro sin siquiera sacar un vaso. Cuando bajé la cabeza me encontré de golpe con mi hermana Sara, la más peque de la familia, que me miró con ojos desorbitados y me dijo:
- Hay un monstruo debajo de la ventana. Ven y dile que se vaya, Marcos, tengo miedo.
-¿Así que hay un monstruo?-dije yo con ironía-.¿Y es muy grande?
-¡¡No te burles Marcos, es verdad!!-dijo Fátima desde la puerta-. Y como no están papá ni mamá tendrás que protegernos tú.
-¿Yo? Yo no soy lo demasiado fuerte. ¿Y si me come a mí?
-¡Si que eres lo suficientemente fuerte! ¡Vamos Marcos! Yo soy más mayor que Sara y ya se diferenciar entre la realidad y la fantasía. ¡Ya tengo diez años!
-¡Oh, perdona! A ver... Vamos a ver ese monstruo...
Cuando entré en la habitación me acojoné realmente... La ventana estaba abierta, las cortinas roídas y había sangre en el suelo. Mis hermanas iban a gritar pero les tapé la boca, agarré el móvil y a mis hermanas y las arrastré hasta el cuarto de la lavadora. Cerré la puerta con llave después de inspeccionar cada esquina de la habitación y acomodé a mis hermanas en el suelo junto a mí.
-¿Qué pasa Marcos...?-me dijo Sara.
-Shhhhh....-dije mientras marcaba el número en el móvil-...¡Papá! ¡Papá! Hay alguien en la casa!...No papá no es broma te lo juro. La ventana de nuestra habitación estaba abierta y.... ¡No! ¡Yo no la abrí!....Pero en serio que hay alguien, papá....¿Me crees? ¡Jode..!¡Aleluya!.... Muy bien llamaré a la poli...Vale, vosotros
ya venís para aquí...Vale, adiós.
-Mar-marquitos... ¡Marcos!- me dijo Sara.
-¡¡Shhhh...!! Ahora no Sara. Estoy llamando a la poli a ver si ellos nos sacan de aquí y pillan el que ha entrado.
-Pero, Marcos... ¡Mira!
-¿Qué?-dije alzando la vista.
....
Los señores Gutiérrez apuraron el paso. Acababan de recibir una llamada de su hijo
mayor diciendo que alguien había entrado en casa. Al llegar encontraron un grupo de vecinos y a la policía delante de ella. Los señores Gutiérrez corrieron hacia los agentes; esperaban lo peor. El jefe de policía se acercó a ellos tristemente y mirándolos dijo:
-Lo siento...No llegamos a tiempo...La vecina oyó gritos y nos llamó. Ese hombre...ha matado...bueno, eso creemos, por las manchas de sangre que dejó...ha matado a sus dos hijos mayores, la pequeña se salvó por los pelos...
-¡Mami!¡Papi!-dijo la niña corriendo hacia sus padres. Se abrazaron.
-Sara... Mi niña. ¿Qué ha pasado?
-¡Mami!- dijo entre lágrimas-. Ese señor malo... ese señor malo se llevó a Fati y a
Marcos. Y luego me quiso comer, mami, pero la abuela no le dejo, mami.
-¿L-la a-b-buela?
-Si. La abuelita vino para protegerme y llevarse a Marcos y Sara al cielo. Estaba muy enfadada con el señor malo... Le dijo:”¡¡Para maldito!! ¡No se como me pude
unir a ti, Arturo!”.
-Ar-arturo... ¿Como mi padre?
-¿Tu padre no se llamaba José Luis?
-Ese era mi padrastro... Mi verdadero padre era un ex-convicto que nos pegaba a mi y
a mi madre...Era un homicida, y mi madre presentó cargos contra él...Lo condenaron a muerte... Dijo que se vengaría, con lo que más queríamos...
....
Una niebla empezó a rodear la casa... La señora Gutiérrez se quedó sola en medio de la nada....Y se despertó. Sola. Sola, en su cuarto. Sola, débil y envejecida.
Pensando en sus niños muertos..en su marido... en su madre... todo por aquel pacto con aquel extraño ser...Todo por aquella mentira.
|