Soliloquio
Se nos murió el diálogo, balanza
niveladora de disparidades;
y hoy nuestras antagónicas verdades
trenza cada una introvertida danza.
Me hablo a mí mismo, y mi discurso alcanza
placidez y altitud, sin las ruindades
de la aversión, ni las ambigüedades
del que en terreno peligroso avanza.
Aplomo y libertad restablecidos,
monologo impasible a los ladridos
que intenten detenerme en el sendero.
Yo mismo me analizo, y rectifico,
de hallarme en el error, pero no abdico
de expresar libremente lo que quiero.
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