Tales fueron algunos de los argumentos que compartió con Prensa Latina el ministro venezolano de Comercio Exterior e Inversión Extranjera, Jesús Faría, en el marco del foro económico ruso, donde tuvo lugar una sesión dedicada a América Latina y el Caribe.
En medio de la actividad generada por unos 12 mil especialistas en el Centro de Congresos de la norteña ciudad rusa, Faría dedica casi media hora a este corresponsal para explicar temas cruciales.
PL: ¿Qué ofrece Venezuela al Foro Económico de San Petersburgo?
JF: Nos sentimos muy comprometidos con la participación en este importante foro porque entre Rusia y Venezuela existen relaciones políticas y económicas muy estrechas.
Los rusos se han perfilado como amigos leales y amigos del gobierno y el pueblo venezolano y han desarrollado negocios muy importantes, en especial, en el área energética y en la industria militar.
De esa forma, esa amistad y esa cercanía que se desarrolló en los últimos años, por iniciativa del fallecido comandante Hugo Chávez, y posteriormente por Nicolás Maduro y el presidente Putin, todo nos trae acá.
Por otro lado, vemos la importancia de la diversificación de las relaciones económicas a nivel internacional. Ello es fundamental, pues encaja perfectamente en la visión del comandante Chávez de la multipolaridad para romper la dependencia con el imperialismo norteamericano.
Con la sociedad de pueblos norteamericanos, nosotros buscamos otras vías en las que no solamente diversifiquemos, sino que podemos buscar la reciprocidad y el respeto y la autodeterminación.
Rusia es un aliado de excepcional importancia para la unidad entre los pueblos. Venimos a generar nuevas oportunidades de negocios, colocar productos en la economía rusa, buscar inversionistas que aprovechen enormes oportunidades de inversión en nuestro país.
PL: ¿Nos podría hablar de sus encuentros en el Foro?
JF: Hicimos contactos con empresas rusas que están en Venezuela y efectuamos un conjunto de reuniones con autoridades del gobierno ruso, muchas vinculadas a comercio internacional e inversiones.
Ahora estamos con una mejor expectativa de consolidar lo que se desplegó en los últimos años en Venezuela, donde tenemos una situación compleja, difícil desde el punto de vista político y económico.
Estamos seguros de que la Revolución puede superar esos obstáculos y desafíos, pero más allá de las dificultades que existen, Venezuela ofrece grandes oportunidades para desarrollar negocios.
Buscamos que las empresas puedan obtener sus ganancias y que la actuación de estas pueda dejar un saldo positivo en materia de desarrollo productivo y tecnológico para nuestro país.
PL: ¿Nos podría hablar de las inversiones rusas en la esfera energética de Venezuela?
JF: Las empresas rusas participan a gran escala en el desarrollo de proyectos en el área del petróleo y el gas, y se cuentan como las grandes aliadas para desarrollar grandes proyectos.
Debemos recordar que en Venezuela están entre las más grandes reservas petroleras del mundo.
El 20 por ciento de todo el crudo que se va a extraer en los próximos 100 años será el que se saque de la cuenca del Orinoco y ahí hay empresas que trabajan en función de intereses comunes.
Somos una de las grandes reservas de gas. Cuando se ratifiquen, estaríamos en cuarto lugar, todo lo cual reviste una singular importancia, pues el gas es la energía del futuro y las empresas rusas invierten y desarrollan con nosotros proyectos conjuntos.
Ello demuestra que no solo hay oportunidades para invertir, con independencia de las circunstancias negativas en el país, es parte de la guerra hegemónica del capital extranjero y aleja las posibilidades de hacer negocio con empresas foráneas.
Además, también deprime el clima económico en el país con todo ese ataque de ahora, tanto económico como político y con los medios de difusión.
Existen grandes oportunidades y ello demuestra que, si las intenciones son serias, la inversión extranjera puede dejar un saldo positivo para el país receptor de esta inversión.
PL: ¿Cómo se ve Venezuela en el sistema de integración regional en el comercio latinoamericano?
JF: Nosotros, a partir de una visión del comandante Hugo Chávez, que se fundamenta en la doctrina bolivariana de integración, impulsamos un conjunto de esfuerzos para la integración regional.
Se formaron bloques regionales y Venezuela participa en varios de ellos.
Uno es el Mercosur, donde los problemas y cambios políticos de algunos países que favorecen a la derecha, han perturbado el dinamismo que empujaba este proyecto de integración que le imprimieron grandes líderes latinoamericanos como Néstor Kirchner, Luiz Inácio Lula da Silva y el comandante Chávez.
Sin embargo, se trata de un bloque comercial que está llamado a jugar un papel excepcional.
Tenemos participación en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América que une a países de mayor afinidad en el enfoque histórico de los procesos de desarrollo de nuestras naciones: Cuba, fundador con Venezuela; Nicaragua, Bolivia y países del Caribe.
En ese bloque hay grandes oportunidades para crecer en el ámbito económico. Se desarrollaron proyectos muy importantes desde el punto de vista social y político.
Pero estamos seguros de que hay un enorme potencial que no hemos sabido aprovechar aún desde los puntos de vista comercial, económico y productivo.
Para nosotros es una prioridad la integración de nuevo tipo, para los pueblos, y tenemos acuerdos bilaterales con los países de la región y en general vemos la integración como una necesidad histórica.
No va a ser posible para nuestro país, y ni siquiera para otros como Brasil, desarrollarse en un contexto de la globalización tan complejo, con grandes desafíos, donde las crisis y sus consecuencias son trasladadas en sus costos en los hombros de nuestros pueblos.
No va a ser posible que países pequeños con escasa capacidad para proyectarse políticamente en el espectro internacional y con escasa capacidad económica puedan competir con gigantescas economías o grandes transnacionales.
Solos no van a poder salir adelante. Por ello se mantiene la tesis del Libertador que en el pasado nos habló de la unidad de los países latinoamericanos y caribeños, primero para garantizar la independencia.
Debemos estar en capacidad de construir modelos económicos, políticos y sociales que estén en sintonía con los intereses de los pueblos y que no los sometan a una explotación voraz por factores internacionales.
Se trata de romper con la historia latinoamericana del siglo XX y construir un siglo XXI que le pertenezca a nuestros pueblos.
PL: Existe una situación difícil en Venezuela, y aumenta la presión de algunos países latinoamericanos, ¿cómo influyó eso en el plano comercial?
JF: Lo vemos en la ola de violencia y terrorismo en contra de nuestro pueblo como parte de la guerra económica.
Hay un esfuerzo por alterar el desempeño de la economía venezolana, de tal manera que esto traiga consecuencias sociales y que éstas se traduzcan en un estallido y en un derrocamiento de Nicolás Maduro. Eso está dirigido desde afuera.
La oposición venezolana es un apéndice de los factores del poder imperial, de Estados Unidos, de la derecha de ese país, sobre todo, ubicada en Miami, que históricamente desarrolló una guerra contra Cuba y ahora contra Venezuela, de conjunto con la derecha internacional.
Además, los ataques del imperialismo son incesantes y por supuesto que eso se traduce en un deterioro de nuestras naciones.
No debería ser así, pues la Revolución Bolivariana quisiera tener las mejores relaciones con todo el mundo, pero estamos conscientes de que debemos defender nuestra soberanía.
Esta situación de ataque permanente tiene un componente comunicacional muy importante. La imagen y percepción que se proyecta está absolutamente divorciada de la realidad y es una batalla de la verdad contra la mentira y tenemos que recomponer ese clima con la difusión de lo que ocurre en el país.
No negamos que existan problemas económicos, pero no es lo que dicen los medios de comunicación que tanto daño ocasionan, precisamente, para establecer vínculos estrechos de Venezuela con otras naciones, incluido Estados Unidos y otros países.
PL: Estados Unidos aplica sanciones contra Venezuela. ¿Podría explicar cómo dañan esas medidas a la nación Suramérica?
JF: En primer lugar podría decir que en esas condiciones es muy difícil captar inversiones internacionales y ya eso es un castigo.
Nos acercamos a una situación de bloqueo, solo que con condiciones distintas. No son normas que expresamente lo manifiestan, pero son condiciones que van en la misma dirección, es decir, aislar o tratar de aislar a nuestro país.
En primer lugar, se busca dañar los negocios internacionales, que tanta importancia tienen para las naciones pequeñas, como es el caso venezolano.
Segundo, nosotros estamos sometidos a un decreto presidencial infame de Barack Obama que desarrolló y renovó el pasado año, antes de abandonar la presidencia estadounidense y donde prácticamente se nos declara la guerra.
Se trata de un decreto en el que se nos acusa de ser una amenaza muy importante para los intereses norteamericanos.
Pero detrás de esa decisión hay un conjunto de condiciones estrechamente asociadas que van desde la aplicación de sanciones hasta condiciones extremas que pueden llegar a la confiscación de activos venezolanos en el exterior.
Se trata de un ataque criminal que nosotros rechazamos, pero que ocasiona daños graves para nuestro país.
En tercer lugar, las acciones nocivas contra la moneda nacional, con una especulación cambiaria permanente.
Los vínculos que tienen calificadoras de riesgo y organismos financieros internacionales que desarrollan acciones contra la estabilidad económica de nuestro país.
Ellos tratan de aislar económicamente a Venezuela desde el punto de vista financiero, con presiones al departamento del Tesoro, a bancos grandes y pequeños para que no sirvan de bancos corresponsales en nuestro país.
Es decir, se busca poner en tela de juicio la capacidad de pago de cada una de nuestras acciones.
Hay una situación muy grave en cuanto a las calificadoras de riesgo que son manipuladas, obviamente con intenciones políticas para generar altísimos costos de financiamiento, que requerimos para compensar la caída de los precios del petróleo.
Podemos enumerar muchas cosas en las cuales los grandes actores económicos de ese país e instituciones del departamento de Estado están vinculados a estas maniobras.
Ellos tratan de establecer una agenda donde se nos ubique en los mercados forajidos, como un estado que avala la violación de los derechos humanos.
Además, aplican sanciones en contra de personalidades de nuestro país. Ellos dicen que son sanciones de carácter personal, pero todos saben que tiene un trasfondo que va mucho más allá y que impacta a nuestra nación.
Se trata de una lucha dura y desigual contra un gran poder imperial, pero estamos seguros de que tenemos las condiciones y la fortaleza para superar nuevamente todos esos desafíos.
PL: Entre las manobras de crear escases artificial de productos está, por ejemplo, que a Venezuela, con dinero en banco, se le sabotee la posibilidad de pagar mercancías.
Se trata de crear una situación de bloqueo y aislamiento de Venezuela.
En muchas oportunidades, al no poder realizar los pagos a tiempo, éstos no entran al país y se alteran los ciclos de abastecimiento para nuestra agroindustria, para nuestros establecimientos de distribución.
Tal retraso se da, precisamente, por las trabas para hacer los pagos. Tenemos los recursos, pero no se puede ejecutar por esta situación, porque se ha coaccionado a grandes bancos a no participar con Venezuela como bancos corresponsales.
Además, por la caída del petróleo perdimos el 70 por ciento de los ingresos de divisa, y esto es grave para una economía que importaba mucho desde la década de 1970. Es un fenómeno de nuestra economía.
Ante esta situación de dificultad se produce un ataque mucho más agresivo contra nuestra economía para provocar consecuencias muy negativas.
La caída de los precios del crudo también la vemos dentro de ese conflicto geopolítico que nos ubica a nosotros en abierta contradicción con los planes de expansión del imperialismo.
Tal contracción del precios petrolero, como dijo Obama, es una oportunidad para Estados Unidos, es decir, fue una estrategia para golpear a factores políticos que entorpecen su política internacional, entre ellos están Rusia, Irán y por supuesto Venezuela.
PL: En Beijing concluyó el foro Una faja, una ruta, que se considera propone una alternativa a la globalización neoliberal. ¿Cómo ve Venezuela la posibilidad de insertarse en ese esquema que propone China?
JF: Nosotros fuimos invitados a ese foro y salimos de allí satisfechos, porque se presentan alternativas a la globalización neoliberal y a la hegemonía de los poderes fácticos de Estados Unidos y de otros en el orbe, cuya consecuencia es la generación de grandes desigualdades.
Eso también abre perspectivas muy importantes y plantea interrogantes y desafíos para nosotros sobre cómo desarrollar esquemas de intercambio comercial entre nuestros países.
El mundo cambia y ello se va a expresar en una correlación de fuerzas que se modificará en contra de los intereses de Estados Unidos.
Políticamente, Rusia surge como una gran potencia que puede contener los afanes guerristas y el expansionismo norteamericano y en lo económico tenemos a China.
Se trataría de un bloque regional en el que participen países de diferentes dimensiones y que abra nuevas perspectivas a nuestra nación.
Nosotros estamos atentos porque eso encaja perfectamente con la visión del comandante Chávez sobre la integración como la única posibilidad para desarrollarnos y para un mundo multipolar como única forma de coexistir en el siglo XXI.
Debe existir un equilibrio para la convivencia pacífica, para que todas las naciones tengan la oportunidad de desarrollarse y resolver sus problemas.
*Corresponsal Jefe de Prensa Latina en Rusia.