Hace 70 años, el 1 de abril de 1939, terminó la Guerra Civil española con la victoria de las fuerzas nacionales sobre los últimos bastiones republicanos. Ante el conflicto, Francia e Inglaterra habían optado por la no intervención, la Unión Soviética intentado apoyar a los comunistas y debilitar a los anarquistas, y Hitler y Mussolini no ocultaron nunca su apoyo a los fascistas.
La ciudad de Guernica tras el paso de los bombarderos nazis.
Pero al margen de la partida que se jugaba en las sedes gubernamentales, la guerra que comenzaría en julio de 1936 llamó la atención y apeló al compromiso político de artistas e intelectuales de todo el mundo. Miles de voluntarios llegados de más de 50 países se alistaron en los diversos grupos que combatían sobre tierras españolas. Uno de los destinos más conocidos para estos extranjeros fueron las Brigadas Internacionales, formadas principalmente por franceses, alemanes y norteamericanos.
Además, la II República Española, la “República de los maestros”, había colocado a la educación entre las prioridades del Estado, y el ideal formativo no acabó con el conflicto. Organizaciones como Cultura Popular, que distribuían libros entre los soldados y representaban obras de teatro en el frente, nacieron para continuar con la propagación del saber en tiempos de guerra.
Así, la Guerra Civil española no solamente sirvió de laboratorio para los aviones y la munición nazi, sino también para periodistas, artistas y escritores. Como ejemplo, dos famosas obras que inspiró este periodo: el Guernica (1937), del pintor español Pablo Picasso, y la novela Por quién doblan las campanas (1940), del escritor estadounidense Ernest Hemingway.