Y de repente tirado en ese lugar
el sol abrió mis ojos soñolientos
con ese resplandor espectacular
que como un beso abriga mi aliento.
Y las flores cantando a mí alrededor
soltando esporas fluidas que alimentan
el sentimiento encerrado, el amor,
y encienden los latidos que sustentan.
Y veo un ángel descender a lo lejos
y me segó su luz resplandeciente
y en sus ojos puedo ver mi reflejo
que ilumina su brillo transparente.
Se acerca a milímetros de mi boca,
roza mi piel con sus alas divinas,
con su mano en alto mi cara toca
y cae de su ojo una gota cristalina.
Siento que su beso mi alma abriera
o junto a sus caricias, que enloquece,
la lujuria de mi boca, desespera,
divino es el ser que me estremece.
Y forjamos ese lugar celestial
con el amor que rodea la pasión
con ese ser al que siempre he de amar
y es el ángel, que llevo a mi corazón.
Desconozco el autor