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General: ::: Decalogo de Abraham Lincoln
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De: ◘ Sire ◘ (Mensaje original) |
Enviado: 20/07/2017 19:40 |
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Hace mas de 150 años Abraham Lincoln escribió:
1.- Usted no puede crear prosperidad desalentando la Iniciativa propia.
2.- Usted no puede fortalecer al débil, debilitando al fuerte.
3.- Usted no puede ayudar a los pequeños, aplastando a los grandes.
4.- Usted no puede ayudar al pobre, destruyendo al rico.
5.- Usted no puede elevar al asalariado, presionando a quien paga el salario.
6.- Usted no puede resolver sus problemas mientras gaste más de lo que gana.
7.- Usted no puede promover la fraternidad de la humanidad,
admitiendo e incitando el odio de clases.
8.- Usted no puede garantizar una adecuada seguridad con dinero prestado.
9.- Usted no puede formar el carácter y
el valor del hombre quitándole su independencia (libertad) e iniciativa.
10.-Usted no puede ayudar a los hombres realizando
por ellos permanentemente lo que ellos pueden y deben hacer por sí mismos.
A esto se podría agregar otro pensamiento también
atribuido a Abraham Lincoln, que dice:
“Un político puede engañar a unos todo el tiempo,
y puede engañar a todos por algún tiempo.
Pero lo que no podrá lograr es engañar a todos todo el tiempo
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1865 – UN PUNTO DE INFLEXIÓN REVOLUCIONARIO EN LA HISTORIA DE EE.UU
Published On July 18, 2015 | By Patrick Ayers | en español
Traducido al Español por David Brookbank, Click here for English version.
Hace ciento cincuenta años, el 2 de junio de 1865, el General de la Confederación Edmund Kirby Smith, comandante de las fuerzas confederadas al oeste del Río Mississippi, firmó los términos de rendición impuestos por el ejército de la Unión. Este acto marcó el fin de la Guerra Civil lo cual, como explica Patrick Ayers, se puede caracterizar también como la Segunda Revolución Estadounidense.
El Camino hacia la Guerra Civil
Grabado de John Brown de la primera página de Frank Leslie’s Illustrated Newspaper, 19 de noviembre, 1859.
Durante más de 200 años, la mayoría de los afro-americanos en América del Norte fueron mantenidos en esclavitud, familias destrozadas, seres humanos comprados y vendidos, brutalmente torturados y tratados como la “propiedad privada” de una pequeña minoría de hombres blancos ricos. Se creó un completo marco legal que permitía implementar este sistema. La Constitución como es sabido consideró a los negros como tres quintas partes de un ser humano y consagró una Cláusula del Esclavo Fugitivo – para proteger los “derechos de propiedad” de los dueños de esclavos. El racismo fue fomentado a niveles nunca antes vistos para justificar esta opresión brutal.
Los dueños de esclavos vivían con un temor constante de rebelión. Nat Turner en 1831 lideró un importante alzamiento y en 1859 John Brown con su ataque en Harper’s Ferry – y el apoyo que ganó en el Norte durante su juicio – les dio a los esclavistas el susto de sus vidas. Los abolicionistas condujeron una cruzada moral contra la esclavitud, mientras Harriet Tubman y otros organizaron el ‘Underground Railroad’, la ruta de escape de los esclavos fugitivos.
Pero fue la Guerra Civil lo que llevó a este sistema al derrumbamiento hace 150 años. 200,000 esclavos liberados se unieron con cientos de miles de pequeños agricultores, trabajadores, inmigrantes y otros en el ejército de la Unión y militarmente aplastaron a los dueños de esclavos. La esclavitud fue derrotada pero el racismo no. Ciento cincuenta años después de la Guerra Civil hay más hombres negros atrapados en el sistema de justicia penal estadounidense que esclavos en 1850, como ha señalado Michelle Alexander, autora de The New Jim Crow. Hoy en día es Wall Street y su sistema capitalista quien perpetúa el legado racista de la esclavitud.
Revolución
La Guerra Civil – una lucha por el poder entre los esclavistas y los capitalistas del Norte – fue la Segunda Revolución de Estados Unidos y resultó en un reordenamiento de las relaciones económicas, políticas y sociales en la sociedad estadounidense. La Primera Revolución – la lucha por la independencia del Imperio Británico – estableció una de las primeras democracias del mundo. Sin embargo, terminó en un acuerdo mutuo entre la clase capitalista del Norte y los dueños de las plantaciones del Sur.
A bordo de un Barco Esclavista, grabado por Joseph Swain c.1835, © Rischgitz / Getty Images
La cuestión de la esclavitud no era únicamente una cuestión moral. Era una cuestión de la estructura económica y política de EE.UU. La esclavitud tenía sus propias necesidades, y los dueños de esclavos tenían sus propios intereses que no concordaban con el desarrollo del capitalismo. La existencia y rivalidad de dos poderosas clases gobernantes en el marco de un solo estado-nación definieron este período.
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La historia está repleta de todo tipo de giros y vueltas. Así, la revolución industrial capitalista – centrada en el desarrollo de manufactura y del trabajo asalariado – fortaleció el sistema esclavista en América del Norte debido a la demanda de algodón para la producción textil. En 1850, el algodón representaba más del 50% de todas las exportaciones estadounidenses. El predominio de algodón dio a los dueños de las plantaciones de esclavos un enorme poder, como el predominio del capital financiero da a Wall Street un poder dominante en la política actual de Estados Unidos.
Pero en torno a 1845, el capitalismo en el Norte había superado al Sur mientras el sistema de plantación estaba alcanzando sus propios límites. El algodón no podía crecer en todas partes y los métodos para su cultivo rápido agotaron el suelo, lo que requería una búsqueda constante de nuevas tierras. Mientras tanto, el precio de los esclavos y la tierra se encareció dejando a los terratenientes más dependientes de sus deudas con los bancos del norte.
Los dueños de esclavos no se quedaron pasivos frente a la crisis a la que se enfrentaba su sistema y su poder. Agotaron todas las vías posibles para superar los límites del sistema de plantación. Abogaron por nuevos estados esclavistas y para reabrir el comercio de esclavos, e incluso iniciaron guerras. Cada vez más, los dueños de esclavos utilizaron su poder sobre el sistema político – particularmente su control sobre el Senado cuya estructura, con dos miembros de cada estado, favorecía al menos poblado Sur – para imponer políticas estrictamente diseñadas para proteger su sistema. Esto los puso rumbo a un choque frontal con millones en el Norte, en última instancia haciendo absolutamente claro que el derrocamiento revolucionario de la sociedad era necesario.
Revolución política
Detalles de una fotografía de Abraham Lincoln, tomada un mes antes de su segunda inauguración, por Alexander Gardner, 1865, cortesía de la Galería Nacional de Retratos, Instituto Smithsonian.
La elección de Abraham Lincoln como presidente en 1860 fue el primer acto de esta revolución. El Partido Republicano era un “tercer partido”. Entre 1800 y 1860 los dueños de esclavos dominaron la política estadounidense a través de su propio sistema bipartidista integrado de los Whigs y el Partido Demócrata. Mediante este sistema de dos partidos, los dueños de esclavos dominaron todas las instituciones del gobierno, incluyendo el Congreso, la CasaBlanca, el Tribunal Supremo, los militares y la diplomacia extranjera. El Partido Whig era considerado el “mal menor” por los progresistas, mientras los Demócratas, en contra al mito popular, se establecieron como el principal partido de los esclavistas.
Este sistema bipartidista empezó a quebrantarse en los 1850s. La población del Norte rápidamente superó al Sur entre 1800 y 1860, cambiando la correlación de fuerzas en la sociedad. Los pequeños agricultores constituían la mayoría de la nueva población y querían tierras para la pequeña agricultura, no ricas plantaciones con esclavos. Una de las cuestiones claves que pasó al primer plano fue el enorme poder que una pequeña minoría – los ricos propietarios de esclavos – ejercía en la política y la sociedad de Estados Unidos. Los dueños de esclavos eran vistos cada vez más como una amenaza a las conquistas democráticas de 1776.
Una Reunión por la Paz en Fort Scott, Kansas, por Frank Beard, cortesía de la Sociedad Histórica del Estado de Kansas
La pregunta clave que agudizó las divisiones entre las clases dominantes del Norte y del Sur fue: ¿cuánta tierra para la esclavitud? El compromiso de Missouri de 1820 había limitado la esclavitud a las tierras bajo el paralelo 36. En 1854, los Demócratas derogaron el compromiso de Missouri, abriendo Kansas y Nebraska a la esclavitud y creando indignación en el Norte. El conflicto se derramó fuera de canales legislativos a los campos y ciudades de Kansas, donde fuerzas esclavistas y antiesclavistas lucharon en batallas abiertas. “Bleeding Kansas” (Kansas Sangriento) llevó a la creación casi de la noche a la mañana del partido Republicano que ganó en el Congreso victorias electorales arrasadoras en el Norte en 1856, aniquilando el “mal menor” del partido Whig, y dando finalmente una poderosa herramienta a todos aquellos que querían acabar con el poder de los propietarios de esclavos.
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Guerra Revolucionaria
Celebración de la Proclamación de Emancipación. Dibujo por Thomas Nast, Harper’s Weekly, 23 de enero, 1863.
El segundo acto de la Revolución fue la lucha militar para suprimir la revuelta de los esclavistas contra el gobierno del Partido Republicano después de la elección de Lincoln en noviembre de 1860. Con la Proclamación de Emancipación de Lincoln, promulgada como orden ejecutiva por necesidad militar el 1 de enero de 1863, la guerra se convirtió en una guerra revolucionaria contra el sistema esclavista en sí. La emancipación de los esclavos fue el ataque más grande a la “propiedad privada” en la historia y socavaba toda la base del poder de los propietarios de esclavos.
Cabe señalar que la primera prioridad de Lincoln al inicio de la guerra no era desmantelar el sistema de esclavitud sino más bien terminar la secesión de los estados del Sur y preservar la Unión. Pero la lógica de la revolución era que el sistema social que sirvió como base al poder del Sur tenía que ser destruido. Esto significaba necesariamente la liberación de los esclavos. También era el caso de que el Norte tenía que involucrar a afro-americanos directamente en el esfuerzo militar, luchando por su propia libertad para poder cambiar el curso de la guerra.
Lincoln representaba una sección más radical de capitalistas del norte, y mostró una verdadera determinación para sofocar la rebelión de los esclavistas; a diferencia de otra sección de la élite gobernante que estaba dispuesta a hacer aún más podridas concesiones. Es cierto que sin la lucha de las masas, la iniciativa de los esclavos, pequeños agricultores y los mismos trabajadores, Lincoln no habría estado en posición de dirigir. Sin embargo, Lincoln mostró un liderazgo excepcional y no tenía miedo de tomar medidas decisivas, aún si eso significaba concentrar más poder en sus manos.
Utilizó una interpretación libre de la Constitución para pasar por encima del Congreso y levantar un ejército de cientos de miles. Suspendió el habeas corpus, y arrestó y detuvo sin cargos a presuntos traidores de la legislatura de Maryland. Lincoln vaciló sobre la cuestión de la esclavitud por miedo a perder el apoyo de los estados esclavistas de la Unión, particularmente el estratégicamente importante estado de Kentucky. Pero los acontecimientos cambiaron su perspectiva.
Soldados de la 54 Regimiento de Massachusetts, 1863 (Pintura de la 54 participando en la Segunda Batalla en Fort Wagner)
Tras consultar con Frederick Douglass, Lincoln abrió las puertas del Ejército de la Unión al creciente número de esclavos que huían del SUR y querían incorporarse al Ejército para luchar por su liberación. A principios de 1864, el cansancio y los años de la agobiante guerra llevó a muchos a creer que Lincoln perdería la elección presidencial frente a los Demócratas que estaban dispuestos a hacer concesiones sobre la esclavitud. Lincoln rechazó las concesiones sobre la emancipación argumentando que sería una victoria para el Sur y una traición a los soldados negros que lucharon heroicamente por la Unión.
La victoria en Atlanta en septiembre de 1864 cambio el estado de ánimo del Norte y demostró que la ventaja de la Unión en términos económicos, militares y sociales estaba dando sus frutos. Lincoln fue reelegido en noviembre de 1864. La Confederación se vio obligada a aceptar la derrota en abril de 1865 y la entrega final llegó en junio. Aunque el racismo siguió, la esclavitud fue aplastada.
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La Consolidación del Capitalismo
Al mismo tiempo, la victoria de la Unión consolidó el poder de la clase capitalista en el Norte. Un resultado controvertido en la elección de 1876 condujo a un compromiso podrido entre las élites del Norte y del Sur. A cambio de la retirada de las tropas del Norte, cuya presencia sustentaba Reconstrucción (ver cuadro), los Demócratas concedieron la Presidencia. Esto cerró el período de la Reconstrucción Radical y abrió un período de contrarrevolución, donde una vez más el racismo fue azuzado hasta establecer una nueva forma de control social y la opresión extra de la gente negra – Jim Crow.
Detalle de la portada de Una Revolución Inédita: Karl Marx and Abraham Lincoln, por Robin Blackburn, © Verso Books
Karl Marx fue el primero en desarrollar la idea de que el papel histórico de la clase trabajadora es librar una poderosa lucha contra el capitalismo, por la creación de una sociedad socialista. Sin embargo, en la Guerra Civil de los EE.UU., Karl Marx apoyó al Presidente Lincoln, el Partido Republicano y el Ejército de la Unión ya que, como él lo veía, la tarea más importante de los trabajadores en los EE.UU. era derrotar a la esclavitud, a fin de crear condiciones más favorables para la lucha unida de todos los trabajadores. En El Capital, declaró, “El trabajo cuya piel es blanca no puede emanciparse allí donde se estigmatiza el trabajo de piel negra.”
Jim Crow complicó la tarea de unir a la clase trabajadora, sin embargo su destrucción fue otro paso histórico. Hoy en día, todavía tenemos que luchar contra el racismo porque el capitalismo ha fracasado por completo en superar el legado del sistema esclavista racista. Tenemos que luchar con uñas y dientes contra la nueva forma de control social y opresión racial dirigida a los afroamericanos: encarcelamiento masivo, pobreza desproporcionada y policía militarizada acosando a las comunidades negras.
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Hoy en día es la clase trabajadora multirracial quien tiene el poder potencial para derrotar el racismo y poner fin al imperio de Wall Street sobre nuestras vidas. Los trabajadores negros han estado en la vanguardia de la lucha por $15 que está señalando el camino hacia la reconstrucción de un movimiento obrero militante. La lucha por 15 está empezando a construir vínculos más directos con el movimiento de la juventud Black Lives Matter luchando contra la brutalidad policial.
Al igual que en la década de 1850, nuestro sistema político está dominado por dos partidos que, aunque diferentes en aspectos importantes, defienden el imperio de la América corporativa y Wall Street. El ejemplo de la victoria del Partido Republicano radical bajo Lincoln en 1860 nos muestra que cuando las condiciones son adecuadas una fuerza política de masas que representa los intereses del pueblo trabajador puede romper y transformar el sistema político completamente disfuncional.
La historia de la Segunda Revolución de Estados Unidos es una lección esencial para aquellos que quieren preparar la Tercera transformación, una transformación socialista de la sociedad, donde el legado de la esclavitud puede ser finalmente enterrado de una vez por todas.
El Radical Legado de la Guerra Civil de EE.UU.
Cuando la Confederación se rindió en 1865 – totalmente superada por el poder del capitalismo del Norte y los pequeños agricultores radicalizados, trabajadores y esclavos liberados en lucha – uno de los capítulos más revolucionarios de la historia de EE.UU. inmediatamente abrió: el periodo de la Reconstrucción Radical.
La esencia de este período fue el despertar y la unificación de los niveles más oprimidos de la sociedad en torno a sus intereses comunes. Los Negros estaban en la vanguardia de estas luchas en el Sur, peleando por derechos democráticos y eligiendo legislaturas radicales. Significativamente, en el Sur aparceros negros y blancos se unieron para luchar por una reforma agraria. El racismo fue utilizado por la clase dominante del Sur para dividir y frenar estas luchas.
Internacionalmente
Los trabajadores de una barricada en la Comuna de París de 1871
Al mismo tiempo, la derrota de los dueños de esclavos se celebró a nivel internacional. La mayor parte de Europa estaba bajo la represión de monarquías y dictaduras, mientras gran parte de Asia y África se encontraban bajo control colonial de los poderes europeos. La joven República de América del Norte, nacida de la lucha contra el Imperio Británico, se destacó como una luz de esperanza para una sociedad diferente, una que defendió los ideales democráticos, a pesar de sus limitaciones.
La victoria sobre los esclavistas dio un impulso tremendo a los movimientos revolucionarios democráticos al nivel internacional. En el transcurso de la guerra, se estableció la Asociación Internacional de Trabajadores (Primera Internacional) — el primer intento internacional de la clase trabajadora para coordinar una lucha unida a través de fronteras nacionales. Solamente seis años después del final de la Guerra Civil, los trabajadores en Francia formaron la Comuna de París, el primer intento en la historia en el que la clase trabajadora trató de tomar el poder del Estado.
En los EE.UU., la IWA creció a más de 50 secciones y fue una fuerza clave en ayudar a propagar la agitación para la jornada de 8 horas. El movimiento sufragista también surgió de este período
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La burguesía y el imperio quieren hacer olvidar de Lincoln su definición de Democracia en la que antepone a las mayorías ( el pueblo soberano )por encima de los intereses de las minorías explotadoras .- ....... Gobierno del pueblo ...para el pueblo y por el pueblo .... la mejor definición de Democracia que conozco .-
Sin duda alguna, la mejor definición de la democracia es la que ofreció el presidente norteamericano Abraham Lincoln en su histórico discurso en Gettysburg, Pennsylvania, el 19 de noviembre de 1863. La ocasión fue el acto de inauguración del cementerio nacional donde descansan miles de soldados muertos durante la Guerra Civil. El discurso de Gettysburg ha pasado a la historia como el mejor modelo de oratoria política en lengua inglesa. Vale la pena recordar las palabras finales del discurso:
“... que estos honrosos muertos hagan crecer nuestra adhesión a la causa por la cual ellos ofrecieron la última medida de su devoción, que aquí tomemos la gran resolución de hacer que ellos no hayan muerto en vano, que esta nación, bajo la protección de Dios, renazca a la libertad y que el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no desaparezca jamás de la faz de la tierra”.
La esencia de la democracia, como su etimología griega lo afirma, es reconocer que el poder político reside en el pueblo, el cual elige a las autoridades que lo han de gobernar para el bien común y nunca para provecho de la clase dirigente. La democracia, del griego “demos”, pueblo, y “kratos” poder, se le define también como “doctrina política favorable a la intervención del pueblo en el gobierno”. El modo por el cual el pueblo interviene en un gobierno es a través del voto.
Hay otra forma de democracia más selectiva, que se denomina “aristocracia”, palabra derivada también del griego, “aristos”, el mejor, y “kratos” poder, y consiste en formar un “gobierno en que solamente ejercen el poder las personas más notables del Estado”. La “aristocracia” no es compatible con el concepto moderno de democracia, más aún, es una forma espuria del auténtico ideal democrático. Se ha de tener en cuenta, al momento de emitir el voto, la capacidad intelectual y, sobre todo, moral del candidato al cual se le va a otorgar el voto.
Muchas democracias contemporáneas han sido un rotundo fracaso y han generado en el pueblo una amarga decepción a causa de la “generalizada corrupción” que ha pervertido a la clase dirigente, sea política, gremial o empresarial. Como está sucediendo actualmente con el gobierno de Guerrero que encabeza por segunda ocasión Ángel Aguirre Rivero, donde hay corrupción, nepotismo, impunidad e injusticia.
Lo diametralmente opuesto a la democracia es la “dictadura”, que se define como el “gobierno que, invocando el interés público, se ejerce fuera de las leyes constitucionales de un país”.
La segunda mitad del siglo XX fue catastrófica para la democracia en América Latina. No hubo un país, sobre todo en el cono sur, que escapara a los “golpes de estado”, a la toma del poder civil por los militares, a la suspensión de la Constitución y por ende el despojo de los derechos constitucionales de los ciudadanos. Las razones aducidas para justificar las revoluciones, algunas con nombres rimbombantes, como la “Revolución Libertadora” o el “Proceso de Reconstrucción Nacional”, se han basado en la necesidad de combatir el terrorismo de izquierda o acabar con un gobierno incompetente. Todavía en Argentina nadie puede explicar ni mucho menos justificar la destitución del presidente Arturo H. Illia, en 1966, o del Dr. Arturo Frondizi en 1962. Los golpes militares finalizaron todos en el más rotundo fracaso.
El último que padeció la Argentina fue la destitución de la presidenta Estela Martínez de Perón el 24 de marzo de 1976. Con el pretexto de combatir a los grupos subversivos de izquierda se utilizaron los mismos métodos de terror que condenaron en los guerrilleros. El terrorismo de las guerrillas fue sustituido por el terrorismo de Estado, más condenable que el primero ya que se hacía en nombre de la legalidad y con una total impunidad. Pero, el ciclo de gobiernos constitucionales y de gobiernos militares ha cesado y una fuerte convicción democrática toma ya irrealizable todo intento de intervención de las Fuerzas Armadas en la vida de la nación.
Entre las frases notables de Abraham Lincoln se recuerda aquella que resalta la sabiduría del pueblo, conforme al antiguo adagio de que “la voz del pueblo es la voz de Dios”. Decía el décimo sexto presidente de los Estados Unidos: “se puede engañar a una parte del pueblo todo el tiempo; se puede engañar a todo el pueblo una parte del tiempo; pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”. Los guerrerenses se preparan una vez más para elegir dentro de dos años (2015) a sus nuevas autoridades, luego de haber padecido la crisis política, social y económica más grave de su historia. Para cada guerrerense hoy cobra actualidad la sabia reflexión de Abraham Lincoln. Vivieron engañados una parte del tiempo los que aplaudieron el paso de los funcionarios corruptos e ineptos hacia la Casa Guerrero. Se engañaron los que votaron por candidatos que hicieron de la corrupción una práctica aceptable. Que en las próximas elecciones en Guerrero se cumpla la convicción del presidente Lincoln: “no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo”.
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