Ocupados con el paso del huracán Irma, que amenazaba con devastar la península, Florida se olvidó durante unas horas del
ciclón que venía siguiéndole los pasos, Jose, quizá porque los partes metereológicos indicaban que se disolvería en el
océano Atlántico tras golpear las islas del mar del Caribe.
El huracán se encuentra a 640 millas de San Juan de Puerto Rico, muy lejos de zonas habitadas. El último parte, en la tarde del martes, asegura que sigue moviéndose hacia el este a siete millas por hora, con vientos de 75 millas por hora. En un par de días girará hacia el sur y sureste.
Ha cogido forma de coma, añade el Centro Nacional de Huracanes, lo que parece implicar que mantiene su intensidad y no parece que se vaya a debilitar a tormenta tropical en las próximas horas sino todo lo contrario. A finales de semana girará hacia el norte, frente a las costas estadounidenses, aunque su ruta final no está clara, e incluso hay algún modelo de predicción que, “pormotivos desconocidos”, está dando resultados diferentes al resto
Según el servicio metereológico Weather Underground, su lenta espiral es “poco común” aunque hay precedentes (Iván lo hizo en 2004 y terminó por tocar tierra en Estados Unidos en dos ocasiones). Ese comportamiento tan particular dificulta prever su trayectoria, que podría dejarle en alta mar o llevarle a la costa. El modelo de predicción europeo indica que podría acabar en Canadá la semana que viene, mientras que el británico señala que alcanzaría las islas Bahamas y Estados Unidos (éste es, sin embargo, el modelo que no coincide con los demás).
La página concluye en cualquier caso que es demasiado pronto para saber lo que hará el huracán.