La avicultura cubana fue duramente abatida por el huracán Irma, pero se recupera con dinamismo, afirmó a este diario el ingeniero Armando Capó González, director general de la División Tecnológica Avícola, perteneciente al Grupo Empresarial Ganadero, atendido por el Ministerio de la Agricultura (Minag).
El funcionario precisó que debido al meteoro un total de 614 naves quedaron parcialmente o totalmente derribadas en toda la Isla, y ya hay más de 320 recuperadas. Las provincias de Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila, Camagüey y Holguín sufrieron pérdidas asombrosas en su infraestructura; pero también los efectos negativos del evento incidieron en gran parte de los enclaves avícolas de Artemisa, Mayabeque, Cienfuegos y Sancti Spíritus.
Un total de 614 naves quedaron parcialmente o totalmente derribadas en toda la Isla, y ya hay más de 320 recuperadas.
Los mayores daños reportados se ubican en Villa Clara, Ciego de Ávila y Camagüey, donde se afectaron 124; 151 y 95 naves, respectivamente.
Los cortes eléctricos provocados por Irma incidieron en todo el país, por lo cual limitaron la producción de alimentos y el suministro de agua a la masa avícola. Solo donde existían paneles solares las aves pudieron ser abastecidas de agua en breve tiempo.
El directivo destacó la capacidad de reacción y de unidad que caracterizan a los avicultores cubanos como fortalezas para la recuperación y retorno a los niveles productivos típicos del sector en los últimos tiempos.
Los mayores daños reportados se ubican en Villa Clara, Ciego de Ávila y Camagüey.
Dijo que el sentido de pertenencia fue igualmente un valor compartido coadyuvante a agilizar la recuperación, incluso en los lugares donde el ciclón los dejó prácticamente en la inopia. Resaltó la incondicionalidad de los trabajadores, especialmente de las naveras, con sus granjas.
«Dondequiera que hubo afectaciones también las hubo en las casas de sus trabajadores; sin embargo, estos priorizaron los trabajos de recuperación en sus granjas, porque más allá del sustento que estas les garantizan, constituyen prioridad para la alimentación de la población. El huevo no puede faltar en la mesa cubana por su valor nutricional y porque su precio es asequible a la mayoría de los bolsillos».
Capó ponderó, asimismo, la solidaridad entre las empresas del sector avícola y otras pertenecientes a entidades del Minag, como la de Talleres y el Grupo Empresarial de Logística (Gelma) del Ministerio de la Agricultura. Muchos de los hombres y mujeres solidarios que dejaron sus territorios para apoyar en otros lugares durmieron a la intemperie, mientras ofrecían su ayuda, debido a que a la redonda prácticamente nada quedó en pie.
Precisó que trabajadores de las empresas avícolas de Guantánamo, Santiago de Cuba y Holguín apoyan en la recuperación a Camagüey, al tiempo que los de Las Tunas, Granma, y la Empresa Comercializadora Avícola de La Habana lo hacen en Ciego de Ávila. A Villa Clara la apoyan avicultores de Mayabeque, Cienfuegos y Sancti Spíritus, mientras Matanzas recibe la ayuda de Pinar del Río.
Aseguró que será rápido el retorno a los niveles productivos sostenidos antes de que Irma azotara al país, por lo que no se afectará la asignación del huevo de la canasta básica normada y en breve tiempo se contará con este producto de manera liberada en el mercado. Igualmente, el destinado al consumo social y a la gastronomía están garantizados.
Destaca la solidaridad entre las empresas del sector avícola y otras pertenecientes a entidades del Minag.
«Contamos con las coberturas de pienso necesarias. En todas las granjas habilitadas las aves tienen su alimentación y agua aseguradas. Igualmente, se aplican suplementos alimenticios combinados con medicamentos preventivos para que estas no enfermen como consecuencia de todo el estrés sufrido tras el paso de Irma».
El funcionario aclaró que donde todavía están enfrascados en la recuperación y no se produce, sus trabajadores serán protegidos con salarios básicos.
Finalmente sostuvo que para el 3 de octubre, Día del trabajador del sector agropecuario, los avicultores se comprometieron a tener todas las áreas produciendo, excepto en las que ocurrieron derrumbes totales, cuyo reto será hacerlo un poco más adelante, pero sin dilaciones innecesarias.
Dondequiera que hubo afectaciones también las hubo en las casas de sus trabajadores, sin embargo, estos priorizaron recuperar sus granjas.