Por vigesimosexta ocasión el mundo volverá a pronunciarse ante el plenario de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre la resolución 71/5 Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba.
A pesar de la cruel y genocida política de 11 administraciones estadounidenses, el pueblo cubano no solo ha resistido, sino que no renuncia a su desarrollo y junto a su gobierno construye el futuro, como lo muestra su participación en la actualización de su modelo económico y social. Además, la arcaica y aislada manera de actuar del país más poderoso de la Tierra, tampoco ha podido impedir las muestras de solidaridad de una pequeña nación que comparte con los más pobres lo que tiene, no lo que le sobra. El prestigio de la Mayor de las Antillas crece mundialmente frente a tan perversa política.
Hoy la comunidad internacional volverá a pronunciarse por el fin de una política cuyos daños acumulados en casi seis décadas de aplicación alcanzan la cifra de 822 mil 280 millones de dólares, tomando en cuenta la depreciación del dólar frente al valor del oro en el mercado internacional. A precios corrientes, el bloqueo ha provocado perjuicios cuantificables por más de 130 mil 178,6 millones de dólares. Entre abril del 2016 y marzo del 2017, ha causado pérdidas a Cuba en el orden de 4 mil 305,4 millones de dólares.
Ya era tiempo suficiente para que Estados Unidos cumpliera con las 25 resoluciones adoptadas por la comunidad internacional en la Asamblea General de las Naciones Unidas, cuyos Estados Miembros piden poner fin a esa absurda política, y el levantamiento unilateral e incondicional del bloqueo.
Pese a ese creciente reclamo, el actual presidente de Estados Unidos ha dicho que se opondrá a los reclamos a favor del levantamiento del bloqueo en la Organización de las Naciones Unidas y en otros foros internacionales, en franco desafío a la posición abrumadora de la comunidad internacional, del sentir de la mayoría de la opinión pública y de amplios sectores de la sociedad estadounidense. Nada, que Donald Trump tiene la incapacidad de escuchar al mundo. Hoy tendrá la mejor prueba de que no hay peor sordo que el que no quiere oír.