POEMA DE LA DESESPERACIÓN
Te vi pasar, digamos casualmente,
ibas del brazo de tu nuevo amante,
nerviosa te perdiste entre la gente,
con un rictus amargo en tu semblante.
Quise hablarte aunque fuera un solo instante,
y alcance a murmurar tu nombre santo,
pero baje mis ojos vacilante,
al sentir un raudal de amargo llanto.
Y éramos solamente dos extraños,
simulando ocultar un sentimiento,
hoy también se cruzaron los engaños,
porque al igual que tú, también me miento.
Cuantas veces negué que te adoraba,
diciendo que en mi playa fuiste viento,
que sin ti muy tranquilo me encontraba,
que por ti en absoluto, nada siento.
Que tonto de mi, como me engañaba,
en mi torpeza me seguía hundiendo,
inmerso en necedad ya comenzaba
a perder mi cordura en fuego ardiendo.
Las veces que en desvelos he sentido
que mi noche no tiene amanecer,
y al vivir con la daga de tu olvido,
cuantas veces maldije tu querer.
Fue al verte hoy que se abrieron mis heridas,
y al mirar que otros brazos te cercaban,
sentí mis emociones detenidas,
y fantasmas de celos despertaban.
Recordé aquella noche de repente,
locos de amor nos embriagó el placer,
tanta pasión que derramé en tu fuente,
no olvides quien te convirtió en mujer.
Cuando en tu alma sientas gran tristeza,
y la pena se abrace con tu llanto,
cuando te falte toda fortaleza,
acuérdate de aquel...que te ama tanto.
KIN MEJIA OSPINA