Reconozco el orden del Universo en mí y a mi alrededor.
Un ejercicio útil para reconocer el orden es visualizar un objeto bello que ejemplifique balance y simetría. La naturaleza provee numerosos ejemplos. El espiral de un molusco o la estructura de un panal de miel son demostraciones gráficas de orden.
Este ejercicio me ayuda a alinear mis pensamientos de nuevo con la Verdad de mi ser y afirmar que yo, también, soy parte de la inteligencia y el orden divinos. Sé por experiencia que los desafíos pasarán y que el orden divino prevalecerá. Tengo presente que estar consciente espiritualmente, trabajar en armonía con el Universo y confiar en el orden divino no significa que no habrá problemas. Mas sé que la guía vendrá y aprenderé de los retos y los superaré de manera creativa y confiada.
Dios no es Dios de confusión, sino de paz.—1 Corintios 14:33