Pekín es el mayor comprador de bonos emitidos por el Tesoro y aumenta sus inversiones en ellos, mientras que Tokio apostó por la venta durante el año pasado, propiciando el actual desplome del dólar.
La culpa del declive en las ventas de bonos del Tesoro de EE.UU. a finales del año pasado no la tiene China, muchas veces acusada de una malvada política en el mercado de valores, sino Japón. A esta conclusión llegó el portal Zero Hedge, tras un análisis de las estadísticas publicadas este jueves por el Departamento del Tesoro.
"Las recientes preocupaciones por la supuesta liquidación que estaría haciendo China de sus tenencias de bonos del Tesoro parecen una gran exageración", afirma el análisis.
China aumentó en 8.300 millones de dólares su compra de deuda estadounidense, llevando la cifra total de sus tenencias a 1.184.900 millones en bonos del Tesoro, o cerca de 26.000 millones de dólares más que hace un año. El país asiático, gobernado por comunistas, volvió a ser el mayor adquisidor de estos valores y regresó en sus compras a la altura alcanzada hace siete años.
Por el contrario, Japón se ha estado deshaciendo de la deuda de EE.UU., y solo en diciembre pasado cambió por yenes 22.600 millones de dólares en bonos del Tesoro. De esta manera, su tenencia de bonos descendió al índice mínimo desde principios del 2012, que es poco mayor de un billón de dólares.
Para comparar, las tenencias del Reino Unido subieron el año pasado en 12.500 millones de dólares en comparación con el 2016, hasta alcanzar los 250.000 millones.
La deuda federal de EE.UU. padece una tendencia a la baja en lo que va de año. El interés para los bonos con plazo de vencimiento de 10 años se ha acercado al 3 %. Junto con los valores del Tesoro, se desplomó el dólar.
Los inversores están preocupados por el creciente déficit presupuestario en el país norteamericano y también por el previsible aumento de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal.