Entregándolo todo, me vuelvo receptivo al fluir de la energía del Espíritu.
A menudo experimento un sentimiento fuerte de armonía y bienestar. En los momentos en que siento estrés en mis relaciones personales o en mi lugar de trabajo, puede que experimente resistencia. Al hacer una pausa y centrar mi atención, me vuelvo receptivo a una solución espiritual.
Como la letra de la canción “Water” por Daniel Nahmod sugiere: “Quiero ser como el agua, fluyendo a donde soy llevado por la vida”. El agua toma el camino de menor resistencia y, cuando entrego todo a mi naturaleza divina, mi vida fluye con mayor facilidad.
Mantengo mi atención en el presente. Toda tensión disminuye cuando estoy receptivo al fluir libre de la energía del Espíritu.
Confía en el Señor de todo corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus sendas.—Proverbios 3:5-6