Hoy, para hacer un descanso, me instalo ante el compu - casi agotada a esta hora - con un trago a medio tomar, el aperitivo que debiera dar energías para seguir el día. Reviso el correo, veo que por fortuna no hay nada muy alarmante en los dichos de parientes y algunos amigos ni tampoco - por lo poco que alcancé a ver - mayores calamidades mundiales nuevas, por lo que se refiere a calamidades en curso o ya a medio digerir, hay bastante.
La mañana ha estado relativamente calmada, el colegio vecino está de vacaciones ¡ALELUYA!; el único que distrae lo que hubiera sido un silencio angelical (aparte del ruido atroz del tránsito) es el Niki González que ladra a los misterios que pululan detrás del muro a través del cual no se puede ver y toda su energía perruna se gasta en ladrar interminablemente la mayor parte del día. Sigo tragando mi trago, que bastante cargado al whisky me quedó y gozo de los espacios de silencio ¡tan raros y bienvenidos! mientras pienso en todo el trabajo que me espera para transformar este agujero donde vivo en un lugar habitable y ordenado. Me gustaría mostrar la geografía caótica de mi escritorio, pero no sé cómo colocar imágenes. Creo llegado el momento de pedir asesoría para los usos y costumbres de los sitios web, soy demasiado ignorante y en nada he avanzado en el intento de conocer las herramientas necesarias para un buen uso del sistema.
Como ven - si alguien se aventurara a leer hasta este párrafo - estoy usando este espacio como una especie de diario de vida o de no vida o de dejar correr los dedos artrósicos por el teclado mientras el reloj se acerca a la hora de dar de comer a los pensionistas: dos perros y tres gatos recogidos y adoptados. Hoy no hay nadie más en casa, oh bendita situación, gozo cada minuto de libertad, de independencia, como si fuera la última en la vida. Aunque, si lo pensamos por la otra esquina, peor sería no tener ni un perro que a una le ladre...
Opto por el silencio, no sea que aparezca alguien con camisa de fuerza..
(Mi perorata es sólo un esfuerzo para llenar el vacío)
Cierto, concuerdo con eso, pero los dedos se me van solos y reconozco que es una gran cosa que todavía puedan moverse a pesar de las dificultades.