Turquía nunca jamás volverá a acudir al Fondo Monetario Internacional (FMI). Lo dejó claro el presidente de la nación otomana, Recep Tayyip Erdogan. Subrayó que su país "cerró el capítulo" de la organización financiera, devolviéndole la totalidad de su deuda en 2013, y no va a "abrirlo" más.
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Las declaraciones del mandatario se produjeron en un contexto en que Ankara atraviesa una difícil situación económica, caracterizada, entre otros indicios negativos, por el desplome de la divisa nacional en un 40% en lo que va de año. En considerable medida, ello es fruto del deterioro de sus relaciones con EEUU, que presiona a Turquía mediante sanciones y aranceles a sus exportaciones.
"El historial de las relaciones con el FMI condujo a que Turquía llegara a la conclusión de que continuar colaborando con ese organismo no es razonable ni tampoco es eficaz", constató en conversación con Radio Sputnik Vladímir Fitin, experto en temas de Oriente Medio del Instituto Ruso de Investigaciones Estratégicas.
"Ahora la prioridad del país es sustentarse en sí mismo y desarrollar la economía mediante la atracción de inversiones extranjeras. Asimismo, teniendo en cuenta la creciente presión estadounidense, se plantea pasar al uso de divisas nacionales en el comercio con sus socios principales, abandonando el empleo del dólar. Turquía se adoptó a las actuales circunstancias, su moneda dejó de caer, así que es obvia la estabilización de su economía, el mercado interno funciona sin ningunos problemas, no se observa ningún déficit de mercancías, la población tampoco tiene pesimismo sobre el futuro de su país, así que se puede constatar que no hay ninguna amenaza para la economía turca", agregó.
A su vez, el político turco Erdzhan Ench dijo a nuestra emisora que "ninguno de los programas de ayuda ofrecidos por el FMI a Turquía y otros países en desarrollo conllevó beneficios para sus destinatarios."
"Es obvio que las recetas que da son ineficaces, así que la decisión de abandonar por completo la interacción con esa entidad es muy acertada y razonable. Volver al FMI lo único que supondría es nuevos problemas, puesto que acceder al organismo no es un paso meramente económico, sino que es algo que obliga a cumplir con exigencias políticas. Es decir, significaría para Turquía renunciar a su soberanía. Tenemos que encontrar la salida sin ceder ante Occidente", argumentó.
Su opinión es compartida por el economista argentino Daniel Guida, quien afirmó que "las experiencias a nivel mundial" demuestran que "cuanto más distantes estén las ayudas del FMI, en general, mayor soberanía tengan los países que recurren en la decisión de las políticas económicas, monetarias y fiscales". Indicó, en este contexto, que las ayudas del FMI vienen acompañadas de un alto "grado de condicionamiento" y, entre otras experiencias tristes, citó el caso de Argentina que "cada vez que recurrió al FMI los resultados finales fueron muy negativos para la economía y para el conjunto de la sociedad".