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General: HUMOR POR TOLA Y MARUJA
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Blancanieves y los siete enanitos, contado por Tola y Maruja..
Mis amores,
El presidente Ivancito anda muy achantao por las críticas de los envidiosos quizque porque no hace sino viajar y no enfrenta la realidá. ¿Y qué quieren pues? ¿Que se quede en Colombia chupándose las noticias?
Ivancho llegó muy estresao de París y le pidió al tío Alvaricoque que le leyera un cuento de cuna. Uribe le leyó Blancanieves y los siete enanitos, un tríler tan miedoso que parece el sumario de Odebrecht.
“Había una vez una niña muy linda y de grandes sentimientos llamada Blancanieves -empezó a leer Uribe-. Tristemente su madre murió y su padre se volvió a casar con una dama haga de cuenta María Fernanda Cabal.
Esta madrastra, que envidiaba a Blancanieves por su lindura, tenía un espejo mágico al que diariamente le preguntaba: Espejito, espejito, ¿cuál es la mujer más guapa? Y el pobre espejo, que era casao y con obligación, respondía: Eres tú, mi señora.
Pero un día el berriondo espejo amaneció de malas pulgas y cuando la malvada madrastra preguntó quién era la más pispa del reino, contestó: Blancanieves.
La pérfida madrastra se emputó, reunió a los sirvientes y les ordenó que llevaran a Blancanieves a lo profundo del bosque y la mataran, y de prueba le trajeran su corazón sangrante.
Los sirvientes obedecieron, pero les dio lástima pasala al papayo y le contaron a Blancanieves los planes de la perversa madrastra y la animaron a huir. Y de prueba le llevaron a la arpía un corazón de jabalí.
Blancanieves corrió por el bosque y se topó con otro perdido: el gigante Peñalosa, que tenía dificultades pa respirar. Este aire puro me ahoga -dijo el canoso-, me hace falta el dísel...
Después de andareguiar desamparada por la floresta, la bella niña encontró una casita muy pequeña, como las que regalaba Vargas Lleras, y se acostó a dormir encima de siete camitas.
Cuando regresaron los dueños de la casita, que eran siete enanos espertos en economía naranja, quedaron encantaos con la hermosura de Blancanieves y la convidaron a quedase.
Durante las comidas, los siete enanos (que pa evitar el bulling llamaremos “personas en situación liliputiense”) conversaban sobre la economía naranja, tema que interesó a la muchareja.
Ellos le esplicaron la magia del número siete: siete son los pecaos capitales, siete las plagas de Egipto (sin contar el IVA), siete suman los cuatro jinetes del Apocalipsis más los tres güevitos de Uribe...
Mientras tanto, el espejo, chismoso por naturaleza, le contó a la madrastra que Blancanieves estaba viva, amancebada con siete personas de talla baja, seguramente ardientes, como todos los bajitos.
Entonces la corrompida madrastra se disfrazó de mensajera de Rappi y se internó en el bosque con una cesta repleta de manzanas envenenadas, con la oscura intención de dale materile a la preciosa niña.
Blancanieves se comió la manzana emponzoñada y estiró las patas. Entonces la maligna madrastra se disfrazó de fiscal y asumió la investigación. Menos mal pasó Maluma, príncipe del reguetón, que besó a la doncella y la revivió.
Ñapa: Con todo respeto, Tola y yo no compartimos la declaración del papa Francisco a según la cual “los chismosos son terroristas y los chismes matan”. Nunca nos imaginamos que su santidá nos hiciera matoneo.
Ñapita: Viendo las noticias de la Fiscalía colombiana, Netflix está pensando en sacar un noticiero.
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Tola y Maruja, de sirvientas en la Casa de Nariño
Berrionditos,
Tola y yo estamos güetes porque trasantier nos posesionamos como sirvientas de la Casa de Nari (sin cumplir los requisitos). Fue una ceremonia muy íntima, solo pa familiares, amigos y la prensa mundial.
Lo primero que nos dijo Ivancho fue: Tías, me dispiertan a las ocho, que tengo que madrugar. Dicho y hecho: a las ocho en punto Tola y yo le jalamos la cobija y lo felicitamos porque no se mojó en la cama.
Lo bañamos en su bañera con figura de pato y le dimos la compota pa que se fuera pa su despacho. Al rato nos buscó en la cocina: Tías, consígamen una cita con Maluma, nos dijo mientras se embutía una almojábana.
Tola lo regañó: ¡Titeriván (así le decimos cariñosamente)!, deje de jartar que después se vuelve bien nalgón y no cabe en el solio de Bolívar... Apréndale a su taita Uribe, que come como un pajarito.
Me da la tragadera del estrés, tía —dijo Ivancho, tratando de contener un puchero—. Estoy mamao en este cargo: ricos pidiendo menos impuestos, pobres pidiendo más salario, otros pidiendo educación... mi suegra pidiendo paseos.
Usté lo que necesita es desestresase, Ivancito —dijo Tola—. Ya mismo le busco a Maluma. ¿Quiere que le consiga también a Silvestre Nalgón? ¿A Julián Conrado?
No hacen sino criticame porque me reúno con cantantes y no enfrento los problemas del país —dijo Iván con los ojos chocolatiaos—, como si fuera muy esitante reunise con sindicalistas.
Vea, mijo —le dije entregándole con que se sonara—, lo que pasa es que sumercé es lo que llaman un trasgénero: le gusta el género musical... Mejor dicho, Iván: usté es un artista en el cuerpo de un estadista.
¿Y qué me recomienda, tía?, gimió Iván. Pues que se la solle, mijito. Ya que tanto chalao votó por usté sabiendo que es artista, pues gobierne pa la farándula. En el pecho de todo colombiano palpita un artista: vea el soprano Abelardo de la Espriella, el abogao que canta pero le aconseja a sus clientes que no canten...
En esas llegó Tola. Iván, está dura la cita con Maluma, quizque tiene la agenda “tetiada”, pero que ahora saca el ratico y pasa por aquí a saludar. Dígale que traiga las cuatro béibis, que las quiero conocer, pidió Ivancho.
Ve, Tola, le estaba comentando a Ivancito que muy bien que se junte con artistas, que eche palante con la tal economía naranja, que todos los colombianos nos dediquemos al arte y que si vamos a tocar fondo, que toquemos con orquesta.
Muy cierto, mijito —encimó Tola—, el arte es lo único que puede salvar su gobierno. Arrecuérdese, Ivanchito, que hay una ley de Morfi esclusiva pa Colombia: todo presidente es más malo que el anterior...
O sea que no bote corriente briegando a ser buen gobernante, que sumercé va que se las boga a ser pior que Pastrana, que puso la vara muy alta. Relájese y disfrute su vena artística. Y viaje, que en la vida lo único que nos queda es lo bailao.
Hablando de paseos —siguió Tola—, me topé con su suegra, misiá Gloria, y le mandó decir que cuadre una visita oficial a Israel, que quiere conocer Tierra Santa. Y que por favor invite a Palacio al Dueto de Antaño. ¿A Uribe y Pastrana?, preguntó Iván.
Sonó un grito de secretarias y fue que apareció Maluma. ¡Por fin, hermano!, saludó el reguetonero. Qué dicha verte, hermano —lo abrazó Duque—, estoy hasta el cogote de ser telonero de Uribe y quiero ser telonero tuyo.
Maluma, me gustaría verte de alcalde de Medellín, le soltó Iván. Ay, parce, yo lo único que medio sé es zurrunguiar la guitarra, dijo el cantante. Igual que yo, dijo el presidente.
Dentró una secretaria con una razón súper urgente pa Duque: Dotor, llamó la vice Marta Lucía, que está con las candidatas al reinao de Cartagena, que qué les dice... que piden quitale el IVA a la silicona.
Dígale a Martica que estoy very ocupao con un representante de los estudiantes, dijo Ivancito. Maluma, ¿vos cuál carrera universitaria hicites?. Ninguna, yo apenas soy bachiller, contestó el Pretty Boy. Ah, con razón me entiendo al pelo con vos y con Ernesto Macías, dijo Ivancito, rasgando la guitarra.
Ñapa: El Consejo Superior de la Judicatura es como las cucarachas: sobrevive a todo.
Ñapita: Este Gobierno ya aseguró su paso a la historia: primer vez que el partido de gobierno es al mismo tiempo el de oposición.
Grafitis: ¿Adivinen quién es un mandadero en el cuerpo de un mandatario?
Payola: El libro “Tola y Maruja sin agüeros” te hace cosquillas en el cerebro.
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Tola y Maruja dan ideas para dorar la píldora del IVA
Berrionditos,
El ministro de Hacienda, el dotor Leonino Carrasquilla, nos pidió el favor de asesoralo pa dorar la píldora del IVA a la canasta familiar, que no parece píldora sino supositorio.
Tola y yo fuimos a la reunión de Gobierno pa planiar cómo contale la mala noticia al pueblo colombiano. El senador Uribe fue el primero en opinar: Hijitos, si les vamos a clavar más impuestos no le pongamos IVA a la vaselina... pobre gente.
Lo que más me tiene cabezón es lo del IVA pa los güevos —siguió Uribe—. ¿Qué pasará con los tres míos? ¿Y qué haremos con los güevos de dos yemas?, como es mi caso.
Ya veremos cómo lo esimimos del impuesto, presidente eterno —dijo Ivancito—. Podemos declarar zona franca sus partes nobles, no sé... algo se nos ocurrirá. Ahora lo urgente es: cómo le vendemos al populacho la idea del IVA al güevo.
No es fácil —dijo Tola—. El güevo es el símbolo de lo más barato. Tranquila, misiá Tola —dijo Leonino—, ya hablamos con la Academia de la Lengua pa que prohíba el dicho “vale güevo”.
Yo no estoy de acuerdo con el IVA al güevo —metí la cucharada—, y lo digo por su propia integridá, ministro Carrasquilla: si encarecemos los güevos, ¿qué le van a tirar a sumercé por los bonos de agua?
Me parece que necesitamos es una cortina de humo pa meter lo del IVA al güevo —dijo Uribe—. ¿Qué tal si yo prendo en Tuiter la discusión de qué fue primero: el güevo o el IVA?
En esas tocaron la puerta de la oficina y era un domicilio de Naranja Postobón. Es un canje —aclaró Ivancito. El mensajero que trajo las gaseosas se quejó de que el tasi en que vino lo tenía mariao con puro reguetón. Ajualá Sayco le selle ese radio —comentó mientras se iba.
¡Oiga! —brincó Leonino—. ¿Y qué tal si ponemos a Sayco a cobrar todos los impuestos? Nadie se le escapa y todo el mundo le tiene pánico. Nadie, lo que se dice nadie, puede evadir a Sayco. Le tienen miedo hasta Los Tigres del Norte, carcule...
Hablando de cantantes —dijo Ivancito—, le propuse a Carlos Vives que sea alcalde de Santa Marta y me respondió que no tiene esperiencia, y yo le dije: Tranquilo, Caliche, yo tampoco.
Sigamos con lo del IVA —puso orden Uribe—. Me preocupa que la gente se acuerde del Centro Democrático como “el partido del IVA al güevo” y nos castigue en las votaciones del año que viene. ¿Qué tal si mejor le chantamos IVA a los militares que se acojan a la JEP?
Yo creo que les podemos envolver en güevo la noticia diciéndoles que a los más pobres les vamos a devolver el IVA —dijo Leonino. Pero ¿y cómo se los devolvemos? —preguntó Ivancito. Pilao —dijo Carrasquilla—, yo tengo una empresa en Panamá...
Dentró una secretaria y le susurró algo a Ivancito en el oído. Dígale que estoy en una junta —le dijo Ivancho, y enseguida nos miró a todos: Es mi suegra, me tiene cacorro que cuándo es el prósimo paseo.
No sé, Ivancito —dijo Uribe con desgano—. Me tiene rabón lo del IVA porque se nos viene el pueblo encima. Busque otra manera de otener recursos. ¿Y qué tal si los terratenientes pagan predial? —dijo Tola. Tampoco hay que llegar a esos estremos, tía —remató Uribe.
¿Y si las iglesias pagan impuestos? —dije yo. ¡Ni riesgos! —esclamó Uribe—. Ahí sí nos capan, por dios: se puede vivir sin güevo, pero no sin religión. Entonces Paloma Falencia, que había estao callada, dijo: ¿Y si vendemos los indios?
Grafitis: No devuelven un libro, van a devolver el IVA.
Ñapa: Ministro Carrasquilla, me le quito el sombrero: pa ponele IVA a los güevos se necesitan ídem.
Ñapita: Los envidiosos andan criticando que el nuevo embajador en Suecia, Ubeimar Delgado, no sabe hablar inglés ni sueco. ¿Y es que no tiene manos pa hacer señas y boca pa señalar?
Payola: Corran ya mismo pa una librería a comprar el libro “Tola y Maruja sin agüeros”, antes que le claven IVA.
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Tola y Maruja acompañaron al presidente Duque en su visita al papa
Mis amores,
Misiá Juliana, la mamá de Duque; misiá Gloria, la suegra; Tola y yo tuvimos la dicha de hacer parte de la comitiva presidencial que visitó al papa, como representantes de la sociedá senil, y Julito en su calidá de periodista independiente.
Antes del viaje nos reunimos las cuatro agüelas pa descoger los regalos pa su santidá: Tola y yo propusimos un produto típico colombiano, pero misiá Juli nos regañó: ¡Cómo se les ocurre llevale cocaína al papa!
No, señora, le aclaramos, nosotras pensábamos en achiras o habas tostadas... La verdá, ni se me ocurre qué dale al papa, suspiró misiá Gloria. Pensé en una corbata, pero jamás lo veo de cachaco. A los hombres siempre les cae al pelo que los surtan de medias y calzoncillos, dijo misiá Juli.
Cuando llegamos al Vaticano casi no nos dejan dentrar a Tola y yo quizque porque no llevábamos manto sino pañueleta, pero fortunadamente Jorge Mario Isman le dijo al portero: ¿Usté no sabe quién soy yo? ¡Soy el tocayo del papa!
Duque nos pidió a Tola y a mí que lo acompañáramos a la entrevista privada con el sumo pontífis pa que le sirviéramos de intérpretes en caso de que al papa le diera por hablar en lunfardo, cosa que sucede cuando entra en confianza.
Precavidas, Tola y yo cargamos con la pelota y la guitarra, por si la conversación decaía Ivancho tuviera un as bajo la manga y sorprendiera al papa con la interpretación del Santo cachón o le hiciera la veintiuna.
Lo primero que le preguntó el papa fue:
—Ivancito, ¿vos ya hiciste la primera comunión?
—Claro, santísimo padre, y aprovecho pa una inquietú: ¿la hostia tiene gluten?
—Te quiero felicitar, pibe —dijo el papa dulcemente—. Pasiar con la suegra es un gesto de paz. Y hablando de paz, che, ¿qué fue de la vida del “doctor cizaña”?
—Ahí está, su santidá, dando guerra... —contestó Iván con desgano—. Ese nos va a enterrar a todos.
—Santo padre, ¿puede confesarme? —dijo Ivancito. El papa Francisco nos miró, pero Duque le hizo señas de que podíamos oír. Su santidá, a veces me provoca traicionar al que sabemos.
—Cúchame, pendejo (muchacho), ¿cuándo te vas a liberar de ese bandayo (avispao)?
—Ay, santo padre, cuando tengo esos pensamientos me siento un judas.
—No sufrás, che, el pobre Judas tuvo que traicionar para salvar la humanidá. ¿Vos creés que traicionando a ese contamusa (culebrero) podés salvar la paz?
—Perdone, su santidá, pero me dan ganas de no negociar con el Eln pa que Él tenga su guerrita y me deje en paz.
—¡Mandalo al sorete (quinta porra)! Rogá que lo encanen (enguandoquen) pa que te deje de hinchar (fastidiar).
—No sé, su reverencia, estoy en una encrucijada del alma. Me está poniendo a hacer cosas en las que no creo: me hizo prohibir la dosis mínima de mariguana.
—¡No seas boludo (apelotardao)! Che, ¿quién aguanta un gobierno del Centro Democrático a palo seco (en sano juicio)?
—Mirá, pituco (niño bien) —siguió el papa—, Dios nos perdona traicionar cuando esa traición salva vidas inocentes, cuando esa traición les devuelve la tierra a los débiles, cuando es una traición por compasión... cuando traicionar es serle fiel a Jesucristo.
Tola y yo no aguantamos esas palabras tan bellas del santo papa y nos emperramos a chillar. Ivancito puso la mirada fulgurante del iluminao y un coro de ángeles, entre los que sobresalía Abelardo de la Espriella de sombrero y gafas oscuras, cantaba ¡’O sole mio! En esas dentró Jorge Mario Isman y se acercó al papa con los brazos bien abiertos: ¡Tocayo!
Grafitis: Apoyamos un año más para Duque, pero que se lo tome sabático.
Ñapa: El senador Ernesto Macías propone que se cree la figura de primera suegra de la Nación.
Ñapita: Príncipe saudí pide que lo juzgue la Comisión de Acusación del Congreso colombiano.
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