EE.UU. enviará un navío hacia las aguas del Ártico en una de sus usuales operaciones de
'libertad de navegación'. Así lo afirmó Richard V. Spencer, secretario de la Marina de Guerra
estadounidense, añadiendo que su país planea también reabrir una base militar en Alaska.
De acuerdo con Spencer, un buque zarpará en los próximos meses en lo que corresponde a
la primera operación de este tipo llevada a cabo en la región ártica. "Los estamos desarrollando
mientras hablamos", indicó el funcionario en entrevista con The Wall Street Journal en
referencia a los nuevos planes estadounidenses.
El secretario reveló que, tras esta operación de 'libertad de navegación', la Marina de EE.UU.
tiene planes de estacionar recursos en una base que operó entre 1942 y 1997 en la isla
alasqueña de Adak, añadiendo que a esas "increíbles instalaciones" podrían ser enviados
buques de superficie y aviones de reconocimiento antisubmarino P-8 Poseidon.
"El concepto es, sí, subir hasta ahí", indicó Spencer, asegurando que el objetivo de esta
operación es comprender mejor cómo operar en condiciones extremadamente frías.
"Tenemos que llegar ahí y aprender. No hay otra manera de hacerlo", agregó.
Influencia ártica
Un informe realizado por Washington en noviembre defendió que, pese a que "hay un bajo
nivel de amenaza militar en el Ártico", existe la necesidad de fortalecer la presencia militar
en la zona para "salvaguardar los intereses de EE.UU." ante "áreas de riesgo" como el
"creciente tráfico marítimo" y las "inversiones de Rusia en energía, logística e infraestructura".
Sin embargo, el objetivo estadounidense de igualar
la influencia rusa en la región ártica podría ser
difícil de lograr. Rusia cuenta con estaciones de radar
y bases militares permanentes y autónomas, entre las
que destaca el complejo conocido como
'Arkticheski Trilistnik' (Trébol Ártico).
Adicionalmente, Moscú maneja una flota de rompehielos compuesta de una treintena
de navíos de este tipo propulsados por diésel, cinco rompehielos de propulsión nuclear,
y en los próximos años introducirá otros tres de estos buques que se convertirán en
los más grandes y poderosos del mundo.
China, otro competidor en el ámbito que también se ha fijado recientemente en el Ártico,
ya ha construido su primer rompehielos de producción nacional. Mientras tanto, EE.UU.
cuenta con solo un rompehielos de más de 40 años de antigüedad, al que los miembros
de su tripulación se refieren como "un balde oxidado".
Fuente RT Canala Ruso en Español