El 10 de diciembre dos bombarderos rusos TU-160 aterrizaron en el aeropuerto de Maiquetía en Caracas.
El Presidente Maduro acababa de llegar de Moscú después una cumbre con el Presidente Vladimir Putin,
que produjo como resultade fortalecer planes económicos por más de USD 34 mil millones y un apoyo bélico imporante.
Nicolas Maduro se le ha presentado al mundo como presidente de un pais amenazado por todos los flancos con
Estados Unidos a la cabeza y su vecino Colombia. La escuadrilla aérea Rusia, que recorrió más de 10.000 kilómetros
venía acompañada de un aparato de transporte militar An-14 y un avión de pasajeros IL-62.
Los TU-60 es considerado el avión de guerra más poderoso del mundo. Tiene capacidad para acabar con cualquier ciudad.
Tiene capacidad para transportar misiles crucero con ojivas nucleares en un radio de 2.200 kilómetros.
Rusia ya los puso en acción. Desde el 2017 los ha probado en Siria en donde ha atacado a los enemigos del
presidente Bashar Al Assad usando armas de mediano poder. Aún no ha probado todo su potencia.
El ministro de defensa ruso, Serguei Shoigu ha sostenido reuniones con su par venezolano, Vladimir Padrino
y se comprometió no sólo a enviar más aviones de esta envergadura sino a pilotos capaces de enseñar a operar
a venezolanos las aeronaves. Ante el acoso de la comunidad internacionales Venezuela se ha armado hasta los dientes.
En diciembre del 2016 compró 24 cazas Sukou y 53 helicópteros artillados MI-24 además de 100.000 fusiles Kalashnikov.
La tensión entre Venezuela y Colombia empezó en el gobierno Santos pero se ha incrementado con la llegada
de Ivan Duque y la coalición del Centro Democrático y el Partido conservador a la presidencia. La tarea
fundamental del canciller Carlos Holmes Trujillo desde el dia uno ha sido la de armar un bloque de países,
con Estados Unidos , el grupo de Lima y la OEA como puntales para aislar el regimen de Maduro que la semana
pasada inició un nuevo período presidencial de seis años. La permanencia de Maduro pasa por el respaldo que
le garanticen los militares, que se sabe también están fracturados. De allí las intenciones de Maduro de mostrarle
los dientes a sus vecinos. Una movida frente a la que el Presidente Duque y su gobierno no está ajeno
y por el contrario tiene todas las alarmas prendidas. Claramente la desigualdad bélica entre Venezuela
y Colombia es evidente, un fortalecimiento armamentista que inció Hugo Chavez y que estuvo siempre en su agenda.