Rio de Janeiro tiene un nuevo reto ante sí. En 2020, se convertirá en la primera Capital Mundial de la Arquitectura, un proyecto conjunto de la Unesco y de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) que busca llevar al nivel de las comunidades el necesario diálogo entre sostenibilidad y urbanismo.
“Rio es una fusión admirable entre naturaleza y cultura, su arquitectura antigua y la moderna, resultado de una creación innovadora desde mediados del siglo XIX, lo que hace de ella un lugar de una belleza excepcional que ha merecido la admiración de numerosos autores, intelectuales y viajeros de todo el mundo”, señaló el subdirector general para Cultura de la Unesco, Ernesto Ottone, en una ceremonia en la sede de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura en París. Además, “es un ejemplo logrado de revitalización del centro histórico urbano, de un espacio público abierto a todos”, agregó sobre la selección de la ciudad brasileña, la tercera más grande de América Latina.
“Rio tiene todos los atributos para ser una maravillosa primera capital mundial de la arquitectura”, coincidió el presidente de la UIA, Thomas Vonier. “¿Qué mejor ciudad que Río para subrayar los desafíos que afrontamos en nuestra sociedad y en nuestras ciudades con una población creciente, joven, que tiene muchas necesidades y con mucha gente viviendo en condiciones difíciles? ¿Pueden la arquitectura y el diseño urbano atender a estos desafíos, mientras se protege el maravilloso legado y el medioambiente?”, planteó.
El proyecto de capitales mundiales de la arquitectura fue consolidado en noviembre del año pasado mediante un acuerdo entre la Unesco y la UIA. Para la primera edición, también se postularon París y Melbourne.
“La ambición de esta iniciativa es favorecer nuevas sinergias entre cultura y arquitectura para que se conviertan en un polo de ideas sobre cultura, ciencia, medioambiente y el desarrollo en general”, explicó este viernes Ottone. “Es una oportunidad de unir nuestros esfuerzos y dejar, sobre todo a las generaciones futuras, ciudades que sean un logro humano y cultural capaces de construir un futuro”, agregó.
Según Vonier, la arquitectura tiene mucho que decir en este replanteamiento de los espacios urbanos del futuro: “Vemos este programa como una manera de demostrar el poder de la arquitectura para afrontar los graves problemas que afronta el mundo, en particular las ciudades. Queremos demostrar cómo los arquitectos y la arquitectura pueden ayudarnos a luchar con los serios problemas de medioambiente y de necesidades humanas en todo el mundo”.
La designación como Capital Mundial de la Arquitectura conlleva no pocas responsabilidades. Durante todo un año, Rio de Janeiro será el punto de encuentro de arquitectos, urbanistas y responsables políticos, pero también de artistas y escritores que reflexionarán sobre “los desafíos globales apremiantes desde las perspectivas de la cultura, el patrimonio cultural, la planificación urbana y la arquitectura”.
Rio deberá celebrar además diversos eventos bajo el lema propuesto por la ciudad, “Todos los mundos. Un solo mundo”. Todos estarán ligados al Objetivo número 11 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU: “Lograr que las ciudades y los asentamientos humanos sean inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles”. Asimismo, albergará el Congreso Mundial de la UIA, que se celebra cada tres años.
En un mensaje de vídeo dado que no pudo desplazarse hasta París, el alcalde de Rio de Janeiro, Marcelo Crivella, aseguró el compromiso de toda la ciudad y sus autoridades a “hacer de 2020 una piedra angular en la historia cultural de la ciudad”. “Más allá de la visibilidad internacional, tendremos la posibilidad de aumentar los vínculos de sus habitantes con su patrimonio histórico y cultural, promoviendo y preservando esa herencia”, manifestó.