Esta tarde se esperaba fuera bella,
bella es , mas fría que duele hasta el
respirar, mas si ya rebasamos los
sesenta, hasta ahí le dejo para que añadir
los 8 extras , esto para no descuadrar el envío..
Es en estos momentos que añoro
los años que pase en la tórrida Veracruz
cuna de grandes escritores, poetas,
cantantes todos ellos de gran talla...
Yo era un aprendiz de cocinero, ansiaba
un día codearme con los mas grandes Cheff,
pues sabido es, en México se disfruta de
la cocina mas extensa y variada en sus
ingredientes, en si algo que no tiene medida,,,
Aquí con un tomate, chile y algo de hierbas
selectas se hace la mas rica salsa, algo que si
no las llegado a probar, corto te quedas en
comentar, si fue o no de tu gusto...
Tenemos a la mano, aves, peces, reses,
bovinos, en fin a la mano los mas exquisitos
y extravagantes ingredientes, en fin si no has
aprendido a cocinar, con tan solo aspirar el aroma
que despiden cualquiera de tan variados guisos,
te nace la inquietud navegar en los mas reconditos
parajes de la cocina, que una vez que has pisado
en estos entornos te nace el deseo de explorar mas...
Si en esto me encontraba divagando si me iba de grumete
en una embarcación que se dedica a la pesca del camarón,
me dirán que tiene que andar haciendo el imberbe escritor
en estos sitios,
Pues nada mas una gran escuela es, pues al
andar con un barco camaronero, el grumete aprende de todo,
desde como lidiar con las amarras, hasta en como lanzar el
arpón cuando se requiera un pez de gran tamaño, como pescarlo,
también como descamarlo sin que pierda su figura...
Volviendo a mi relato, comentaba que el grumete aprende de todo,
y este todo incluye también que la hace de chicharo en la cocina,
como manejar con astucia y pericia los artefactos de la cocina,
el evitar se derrame la cocción con los vaivenes en que se navega,
pues no todos los días son de admirada quietud, hay días en parece
se esta navegando en la cresta de un tornado...
Bueno pues una vez que conté con la aprobación del cocinero,
para que fungiera como su chicharo, el saber que estaba ya libre
de los mareos, que aprendí como filetear los peces, en como escoger
a los mas tiernos de la pesca habida, como identificar los camarones
que no siempre el mas grande tienda a ser el mas sabroso...
Me enseñaron que las langosta deben estar vivas cuando
se les va a cocinar, ignorar el chillido que emiten al estar cociendo,
como se les abre para aprovechar lo mas que se pueda su
exquisito contenido...
Saber que cuando el mar esta bravo y sus olas son encrespadas, los alimentos
a elaborar deben ser fríos, pues el exagerado vaivén de la embarcación no
permiten tener el fuego en la cocina, pues no es adecuado no se esta a salvo
de las salpicaduras del aceite y como la embarcación toda es de madera, el
riesgo de incendio es mucho mayor, que cuando se navega con el mar quieto...
Aprendí a batir la harina de maiz, pues toda la embarcación la componen
mexicanos y como estos no pueden vivir sin la tortilla y el chile en sus
comidas, pues día a día docenas de tortillas bien calientitas del comal
se les proveía ...
Bien pues una vez que el cocinero creyó estaba apto para manejar
la cocina, un día me dijo el día de mañana encargado estas de elaborar
los alimentos para el desayuno, ya conoces que todos son de un buen
diente y ademas el capitán sarcástico que es, quiere algo rico para
tener un buen comienzo del día...
A carajos y ahora quien me va ayudar, y de allá de lo profundo se oye
yo el Chapulin colorado, y tiendo a decirle anda bribón polizón ocultate
que al Capitán le encantan los chapulines en escabeche, esto al oír esto
se desmaya por completo, bueno me dije un estorbo fuera este, lo tome
con cuidado y arropado lo tumbe en un camastro...