Un nuevo estudio de científicos internacionales publicado en la revista Nature concluye que dormir al menos siete horas cada noche puede reducir el riesgo de padecer un ataque cardíaco o un derrame cerebral. En concreto, los científicos han hallado el mecanismo mediante el cual la falta de sueño se traduce en aterosclerosis, una enfermedad en la que se acumula placa en las paredes internas de las arterias.
El estudio, realizado por un grupo de investigadores mayoritariamente del Hospital General de Massachusetts —un hospital universitario de la Escuela Médica de Harvard—, es el primero en mostrar que, cuando no se duerme lo suficiente, la región del cerebro responsable del sueño hace que aumente la producción de glóbulos blancos que causan aterosclerosis.
Experimento en ratones
Los científicos llevaron a cabo sus experimentos en ratones, que dividieron en dos grupos. A los del primer grupo se le permitió dormir sin interrupción durante al menos siete horas, mientras que a los del segundo grupo se les interrumpió el sueño repetidamente.
Observaron que ninguno de los dos grupos experimentó cambios en el peso o los niveles de colesterol. Sin embargo, los ratones cuyo sueño fue interrumpido tenían más placas arteriales en los vasos sanguíneos que los ratones que dormían bien. Y eso se debía a que los ratones del segundo grupo tenían en el organismo niveles más altos de dos tipos de glóbulos blancos: los monocitos y los neutrófilos.
Los investigadores descubrieron que la producción de esos glóbulos en la médula ósea estaba controlada por la hipocretina, una hormona producida en el hipotálamo, la región del cerebro responsable del ciclo de sueño y vigilia, así como del apetito.
Los niveles de hipocretina eran altos cuando los animales estaban despiertos, pero eran muy bajos en los animales que no dormían bien. La caída de los niveles de esa hormona se plasmó en altos niveles de monocitos y neutrófilos, lo que a su vez llevó a la aterosclerosis.
Hay que cambiar la precepción del sueño en la sociedad
Filip Swirski, profesor asociado en el Hospital General de Massachusetts y en la Escuela Médica de Harvard, afirmó a Daily Mail que ya sabían que "las células de la médula ósea combaten las infecciones y están relacionadas con el cáncer y las enfermedades cardiovasculares", y añade que el nuevo resultado, que ha sorprendido a los académicos, genera "más preguntas" que necesitan respuestas.
"La idea de que para tener éxito hay que trabajar, trabajar, trabajar... Las personas se enorgullecen de que dormir lo suficiente porque están muy ocupadas. Necesitamos cambiar esa percepción y hacer que las personas se den cuenta de que serán más productivas, más saludables y más felices si mantienen un ciclo de sueño regular de alta calidad", ha agregado Swirski.
Ahora, los científicos planean estudiar este mecanismo en humanos y ver en sus futuras investigaciones si tiene implicaciones más allá del sueño.