Una fría tarde de junio,
estuve junto a ti,
te sentí como nunca,
tan cerca de mí.
No podía escapar,
pues tú me atrapabas más y más,
no te podía dejar,
pues te deseaba cada vez más.
Tus labios rozaban los míos,
tus manos empezaron a bajar,
tu boca me comenzó a besar,
mientras yo me dejaba llevar.
Tus manos tocaban mi piel,
mi cuerpo comenzó a temblar,
no lo podía evitar,
pues te deseaba cada vez más.
Fue tu manera de amar,
la cual no me dejó entregarme,
fue tu manera de amar,
la cual no me dejó negarme.
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