La gratitud comienza con una simple palabra—gracias—,
pero tienes que estar agradecido con todo tu corazón.
Mientras más comiences a decir gracias,
más lo sentirás y más amor darás.
Hay tres maneras de utilizar el poder de la gratitud
en tu vida,
y cada una de ellas es dando amor:
1. Sé agradecido por todo lo que has recibido
en tu vida
(el pasado).
2. Sé agradecido por todo lo que estás recibiendo
en tu vida
(el presente).
3. Sé agradecido por todo lo que quieres en tu vida
como si ya lo hubieras recibido (el futuro).
Si no sientes gratitud por lo que has recibido
y estás recibiendo,
no estás dando amor y no tienes el poder
para cambiar ninguna de las actuales circunstancias.
Cuando das gracias por lo que has recibido
y continúas recibiendo,
se multiplican esas cosas.
Al mismo tiempo,
¡la gratitud te trae lo que quieres!
Sé agradecido/a por lo que quieres en tu vida
como si ya lo hubieras recibido
, y la ley de atracción dicta que tienes que recibirlo.
¿Te imaginas que algo tan simple como ser agradecido/a
puede multiplicar todo lo que amas
y cambiar totalmente tu vida?
Si practicas un poco de gratitud,
tu vida cambiará un poco.
Si practicas mucha gratitud todos los días,
tu vida cambiará en maneras
que apenas eres capaz de imaginar ahora.
No sólo la gratitud lo multiplica todo en tu vida,
sino que también elimina las cosas negativas.
No importa cuán negativa sea la situación
en que te encuentras,
siempre puedes encontrar algo
por lo que estar agradecido/a,
y al hacerlo, aprovechas la fuerza del amor.
Cuando te ocurre algo bueno
en el curso de tu día,
da gracias.
No importa cuán pequeño sea, di gracias.
Cuando consigues el estacionamiento perfecto,
escuchas tu canción favorita en la radio,
llegas a un semáforo que te da luz verde
o encuentras un asiento vacío
en el autobús o el tren,
di gracias.
Estas son todas cosas buenas
que estás recibiendo de la vida.
Da gracias por tus sentidos: los ojos que ven,
los oídos que oyen, la boca que saborea,
la nariz que huele y la piel que te deja sentir.
Da gracias por las piernas para caminar,
las manos que usas para hacer lo casi todo,
la voz que te permite expresarte
y comunicarte con otros.
Da gracias por el increíble sistema de inmunidad
que te mantiene sano/a
o te cura y por los órganos que mantienen
tu cuerpo inmaculado para que puedas vivir.
Da gracias por la magnificencia de tu mente humana
que ninguna tecnología de computación
en el mundo puede igualar.
Tu cuerpo entero es el mejor laboratorio en el planeta
y no hay nada que pueda siquiera aproximarse
a replicar su magnificencia.
¡Eres un milagro!
Da gracias por tu hogar, tu familia, tus amigos,
tu trabajo y tus mascotas.
Da gracias por el sol, el agua que bebes,
el alimento que comes y el aire que respiras,
sin los cuales no estarías vivo.
Da gracias por los árboles, los animales, los océanos,
los pájaros, las flores, las plantas, los cielos azules,
la lluvia, las estrellas, la luna y nuestro bello planeta.
Da gracias por el transporte que utilizas cada día.
Da gracias por todas las compañías
que te suministran servicios esenciales
para que puedas vivir con comodidades.
Tantos seres humanos se han esforzado
y sudado para que puedas
abrir un grifo y tener agua fresca.
Tantos seres humanos entregaron
el trabajo de sus vidas
para que puedas apretar el botón de la luz
y tener electricidad.
Piensa en la magnitud de seres humanos
que trabajaron como esclavos día tras día,
año tras año, para colocar vías férreas
a través de todo el planeta.
Y es casi imposible imaginar el número de personas
que se rompieron el lomo trabajando
en las carreteras sobre las que manejamos
y que forman una red de conexión en la vida del mundo.
Rondha Byrne