¿Dónde estás, mi sirena encantada?,
Linda princesa de un mar tropical.
Siento dentro de tu ser, un hondo penar;
Y te encuentras atrapada,
En una roca de cristal;
Pero a la vez, siento aun la esperanza,
en tu joven corazón;
De que yo he de llegar,
Caminando entre la arena del mar,
Con un diamante como collar,
Para que con el, yo pueda la roca cortar,
Y liberarte de tu prisión de cristal
Llevándote por el mundo a pasear.
No desesperes princesa del mar,
Que tus días de angustias han de acabar,
Porque desde hoy, el horizonte he de surcar,
ansiando el día de poderte encontrar,
sabiendo que el destino, ese día no me ha de negar.
El día que llegue a tu lugar,
Mi princesa del mar;
De tus labios, yo quisiera probar;
Ese rico manjar con sabor a mar,
Y en tus brazos, el sueño poder al fin conciliar;
Ya que día y noche, te he de buscar.
No desesperes mi sirena encantada
Dulce princesa de un mar tropical.
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