Si conoces un poco de ti mismo, te has dado cuenta de que eres más de lo que se encuentra con tus ojos en el espejo por la mañana. Lo que ves no es lo que eres. Ves el formulario no el contenido, el cuerpo no el alma, el asunto no la mente. En momentos tranquilos y profundos, sabemos que eso es verdad. Pero nos olvidamos. El mundo nos dice y quiere que creemos que somos lo que vemos - y tomamos la manera fácil de salir. Nosotros creemos.
Es por eso que el despertar del Espíritu y la floración de nuestra espiritualidad (nada que ver con la religión) significa que tenemos que seguir recordando a nosotros mismos, cien veces al día, yo soy un alma - no un cuerpo, soy un espíritu eterno - no Una pieza de carne perecederos. Soy calidad, no cantidad. Yo soy. De lo contrario, la libertad no es posible Y si no somos libres, en el espacio más profundo dentro de nuestro propio ser, no podemos ser verdaderamente felices.