En ti…
y en el oasis de tu piel deseo perderme para siempre,
cerca del mar, en la arena blanca,
y sucumbir a tus encantos entrelazados,
como las olas unidas por su alabanza.
En ti…
y en tus ojos quiero aposentar mi vida
y en ella seguir hasta que la muerte nos separe,
unidos por la pasión de cada instante,
y que yo haré que jamás se apague.
En ti…
y en el lago de tu mirada sumisa me desahogo,
cuando una tristeza en mi alma se instala;
tu sensualidad es un espejismo palpable,
que con solo besarte mi sueño, suavemente resbala.
En ti…
en el enjambre de tu pelo, lacio y luminoso,
dejo mis manos deslizar con firmeza y dulzura,
eres un manantial de bellezas del paraíso
y subyugado me transporto sin miedo ni mesura.
En ti…
en tu aliento me duermo cuando me hablas con susurros,
en el puente de tu pecho dejo mi mejilla reposar;
tus latidos me dicen, cuanto me amas
y en la languidez de tu piel, te quiero adorar.
En ti---
y en la sombra de tu silueta, firme y sensual,
me refugio como alma de niño necesitado,
vago una y mil veces por tus sienes
y su latir hace, que mi corazón se duerma dulcificado.
En ti…
y en tu vida quiero permanecer para siempre,
y en tus senos apoyar mi porvenir,
eres flor de estaciones diferentes
que jamás puedes, en mi vida morir.
Autora:
Marisa Prunera
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