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General: URIBE. UD. NOS ARRUINO LA VIDA
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: RADIOPIPOLLSINFRONTERA  (Mensaje original) Enviado: 13/05/2019 09:49

“Usted nos arruinó la vida”: 

Senador Uribe 

le dicen madres de falsos positivos en Colombia

El expresidente de Colombia y senador de la República por el Centro Democrático, 

Álvaro Uribe Vélez, publicó un video en redes sociales donde felicitó a las mamás de Colombia en su día.

“Felicitaciones a las mamás colombianas, a las mamás de los policías y soldados de 

nuestra patria, a las mamás que se levantan a las cuatro de la mañana para despachar

 al marido y a sus hijos (...) felicitaciones a las mamás que trabajan en el servicio público

 dando ejemplo de transparencia y cumplimiento, felicitaciones a las mamás de Colombia”,

 manifestó el senador Álvaro Uribe Vélez en un video publicado en su cuenta de Twitter.

Ante esto, también en redes sociales las madres de los falsos positivos de Soacha respondieron:

 “¿Y a las mamás a las que usted le arruinó la vida? Hoy es un día horrible para nosotras gracias a usted”.

Las madres de los falsos positivos recibieron varios mensajes de apoyo y otros de rechazo

 donde les decían que dejaran el odio, allí lanzaron el siguiente trino: 

“No estamos llenas de odio. Nuestros corazones están con el futuro del país. 

Pero no toleramos el cinismo de quienes nos hicieron tanto daño.

 Nuestros hijos son irreparables, el mejor regalo será la justicia y la verdad”.

Fuente @MAFAPOBOGOTA

El drama de las madres de los ‘falsos positivos’ en Boyacá

Aunque en varios casos han ordenado al Ejército pedir disculpas 

por las ejecuciones extrajudiciales, aún no hay condenas.

Varias madres boyacenses comparten el mismo dolor: el asesinato de sus hijos

 a manos de uniformados del ejército nacional. La razón de los homicidios, según la justicia, 

presentarlos como insurgentes, delincuentes o integrantes de Bandas Criminales, 

muertos en medio de combates u operaciones militares, con el objetivo de recibir dádivas,

 permisos, ascensos y hasta 3 millones por cada ‘baja’reportada.

Varias de las víctimas tenían un factor en común: todos eran fármaco-dependientes

y fueron engañados con falsas promesas laborales por efectivos del Ejército, 

para luego ser trasladados a otros municipios, pero con el oscuro

 propósito probado de ejecutarlos extrajudicialmente.

Muchos de los victimarios, se acogieron a la Justicia Especial para la Paz (JEP)

y han alcanzado beneficios. Los familiares de los jóvenes ejecutados extrajudicialmente, 

aseguran que pese a su batalla penal,reina la impunidad.

Aidé Josefa Vega, madre de Pedro Jesús Vega, recuerda que su hijo “desapareció 

en Tunja y fue asesinado en la vía que conduce de Boyacá a Casanare. 

El era fármaco dependiente, y apareció 6 mesesdespués de su desaparición. 

Quienes lo mataron, militares, se lo llevaron prometiéndole un trabajo estable

Lo encontramos en Sogamoso enterrado como NN. 

Lo asesinaron y lo presentaron como guerrillero de las Farc. A mi muchacho, en estado de indefensión

me lo asesinaron 9 militares: un teniente, un sargento y soldados profesionales.

 En mi caso, el ejército está en desacato de la orden que dio el Tribunal, en donde obligan 

a esa institución a pedirnos a las victimas públicamente perdón. Pero además, 

necesitamos condenas ejemplares, que los responsables, paguen de verdad, 

porque es una tragedia de la cual no nos repondremos nunca, cuyo dolor se siente más,

 el día de la madre, por la ausencia de nuestros hijos, por a forma en que nos los quitaron”.

Blanca Lilia Cuadrado, madre de Mauricio Hernández, un vigilante fármaco 

dependiente que fue asesinado en Socotá (Boyacá), hace casi una década, asegura 

que el viacrusis que ha vivido desde la ejecución extrajudicial de su hijo, no se la desea a ninguna mamá del mundo.

“Mi madre, mi hija y yo teníamos el mal presentimiento de que a Mauricio algo 

le había pasado cuando desapareció, es el sexto sentido de una madre. Denunciamos

 que mi hijo desapareció en Tunja, y la Fiscalía General de la Nación, inició la búsqueda. 

Cuando lo encontraron, ellos ni siquiera sabían cómo decirme que a él lo encontraron muerto.

 En el reporte, aducían que mi hijo había sido dado de baja en medio de combates, 

porque lo habían señalado de ser un guerrillero, me eché la bendición y ese fue el 

momento en el que arranqué la lucha por limpiar el nombre de mi hijo”, sostuvo la madre de la víctima.

Agregó que “Desde que él desapareció, me robaron parte de la sonrisa, yo soy 

una nueva persona, soy diferente, estoy enferma, sueño con su recuerdo

y cada que llega el día de la madre, traigo su memoria viva, porque pudo estar 

25 años celebrando conmigo, hasta que me lo mataron, es una celebración de

 madres incompleta cada año, agridulce, feliz por tener vida pero triste, 

porque a él se la quitaron de la forma más cruel y despiadada”.

Una batalla jurídica y penal, que en algunos casos sobre pasa una década,

Han tenido que sobre llevar estas mamás , quienes hoy , en la celebración del 

día de la madre , aseguran que el mejor regalo, sería una real justicia, verdad 

y reparación, que para ellas, aún no existe, toda vez que muchos asesinatos

 aún están impunes, y sin responsables condenados.

Lina Hernández, hermana de Jorge Enrique Hernández, quien fue ejecutado 

extrajudicialmente en Chinavita, Boyacá, el 4 de julio del 2018.

“Ese mismo día que se lo llevan, lo asesinaron. Tres años más tarde lo encontramos

 enterrado cómo N.N en Chinavita, y lo habían presentado como un integrante 

de grupos crimínales al margen de la ley. Ha sido un viacrusis el tratar de 

limpiar el nombre de mi hermano, mi mamá ya nunca volvió a ser la misma.

 Mi hermano era fármaco dependencia por una patología con la que nació, pero mi hermanito 

era un buen ser humano”, sostuvo la hermana de la victima.

En este caso, el Tribunal Administrativo de Boyacá, en sentencia de segunda instancia,

 ordenó un acto público de petición de disculpas por parte del ejercito nacional. 

Este se cumplió este viernes 10 de mayo en Tunja, en la plaza de las Nieves o plaza de Los Muiscas.

“Ese acto nos dejó un sin sabor, porque este fue un simple protocolo del estado 

disfrazado de delincuente o viseversa. Este no fue un acto real de perdón, 

fue un acto que se traduce en cumplimiento de una sentencia administrativa 

que estaba además en desacato”, dijo Lina Hernandez.

Mencionó que “A Jorgito nos lo mataron Entre 14 personas, tuvo todo tipo de 

fracturas y 3 tiros de gracia. Al parecer lo hicieron correr por su vida bajo la lluvia.

 Lo mataron en un escenario inhumano, gris, con insensibilidad. No entendemos 

cómo una persona es capaz de aceptar una misión de matar personas

 inocentes para cumplir requisitos para su beneficio”.

En este caso, están involucrados hasta coroneles, “y ninguno está condenado, 

al contrario, ellos están ascendiendo dentro de las fuerzas militares, otros condecorados, 

pero no hay alguien que penalmente este pagando por la muerte tan dolorosa 

de mi hermano, que cada día de la madre, nos conmueve el corazón”, señaló Lina Hernández.

Los familiares de estas víctimas expresaron que aunque la justifica intenta avanzar en

 esclarecer los hechos reales, al no haber condenados en este y en varios casos, 

no es cierto que haya justicia, verdad y mucho menos reparación.

Hay que decir que solo en Boyacá desde 1991 se han presentado aproximadamente 

29 casos de falsos positivos, que han dejado al menos 47 víctimas, según 

datos del Centro de Investigación y Educación Popular, CINEP.

NOTA

Todas estas victimas de falsos positivos masacres desapariciones desplazamiento

es por culpa de la narco para dictadura furibestia que sufre Colombia ya para 20 años

del nefasto régimen de la ultra derecha fascista suprema cista

PIPOLL



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: RADIOPIPOLLSINFRONTERA Enviado: 13/05/2019 09:54
POR FIN SE VA SABIENDO LA VERDAD DE LOS FALSOS POSITIVOS Y EN TERRORISMO DE ESTADO 
EN LA DICTADURA NARCO PARA FURIBESTIA EN COLOMBIA
QUE VA PARA 20 AÑOS DE MASACRES, DESAPARICIONES Y TERROR EN LA POBRE COLOMBIA QUE LLORA SUS MUERTES
PIPOLL

Revelaciones sobre el comando de la muerte que dirigió el coronel Plubio Hernán Mejía

Su segundo al mando en el Batallón La Popa, el coronel Gómez Naranjo, declaró ante la JEP 

sobre las atrocidades que cometieron en alianza con Jorge 40 y los paramilitares del Bloque Norte

Por:  Mayo 09, 2019
Revelaciones sobre el comando de la muerte que dirigió el coronel Plubio Hernán Mejía

El coronel Plubio Hernán Mejía y sus 14 hombres de confianza regresaron al Batallón de la Popa, en Valledupar, como héroes. 

Aunque ya era costumbre que cada vez que salían a realizar algún operativo o control por la zona se presentaban con una o dos bajas del enemigo,

 aquel octubre de 2002 liquidaron 18 supuestos guerrilleros del ELN en un enfrentamiento en la hacienda El Socorro, en la vereda Bosconia,

 al sur del Cesar. Ni el mejor comando contraguerrilla tenía en su historial una hazaña de tal magnitud,

 mucho menos cuando los 14 soldados terminaron sin un solo rasguño.

Todos querían escuchar la historia completa, cómo había sido el enfrentamiento, cuántas horas había durado y cuál el soldado que más guerrilleros había matado.

 Era de noche, y el enemigo los sorprendió patrullando la zona. Respondieron con fuego y en medio de la oscuridad, sin saber muy bien cómo, 

los hombres del coronel Mejía, conocidos como el comando ‘Zarpazo’, terminaron aniquilando a los guerrilleros del ELN.

El coronel Mejía llegó al Batallón de la Popa por orden del entonces presidente Andrés Pastrana. Lleno de condecoraciones, 

Mejía era uno de los sabuesos militares más fogueados de la guerra. Se incorporó a sus filas a los 16 años y siempre fue el primero de su curso.

 A los 22, ya con el grado de subteniente, cobró fama al rescatar entre los hierros chamuscados y la lluvia de metralla que dejaba la toma del 

Palacio de Justicia al magistrado Humberto Murcia Ballén. Salió del Palacio en camilla con las piernas heridas, pero convertido en héroe.

Sus mejores años de tropero los tuvo en el sur del país, combatiendo al Bloque Sur de las FARC en Putumayo y Caquetá. Por la experiencia que 

le había curtido la piel y le había incrustado una mirada capaz de escrudiñar el pasado de cualquiera, era el hombre perfecto para asumir la

 comandancia de uno de los batallones más importantes en el país. En el Cesar, los paramilitares convirtieron el departamento en un campo de batalla

 para exterminar a los grupos guerrilleros que vieron cómo Jorge 40 los fue expulsando poco a poco. Pastrana

 lo llamó para poner orden, especialmente después del asesinato de la exministra Consuelo Araújo.

Sin embargo, en 2006 durante el gobierno Uribe, las denuncias contra el coronel Mejía y sus hombres saltaron a la luz pública. Los indígenas 

Kankuamos hablan de abusos por parte de los soldados y asesinatos extrajudiciales. Entre 2002 y 2004 aumentaron las muertes de los indígenas

 en la zona, crímenes que alcanzaron la cifra de 53 homicidios en el primer semestre de 2003. Precisamente, ese año Ever de Jesús regresaba a 

Guatapurí después de estar en Valledupar haciendo vueltas para recibir un apoyo económico por el asesinato, el 16 de abril, de su padre a manos 

de paras dirigidos por Hugo Montero, cuando en plena vía tres civiles que hacían retén lo bajaron del bus donde venía. Junto a él estaba Gabriel Mujuy,

 defensor delegado para asuntos Étnicos de la Defensoría del pueblo. A pesar de sus reclamos se lo llevaron y no volvieron a saber de él hasta dos días después,

 el 29 de agosto, cuando apareció en la morgue de Valledupar, con amplias costras de sangre desfigurándole la cara y vestido con ropas camufladas. 

Lo habían hecho pasar como un miembro de las Autodefensas muerto en combate por el batallón La Popa.

El entonces ministro de Defensa Juan Manuel Santos hizo eco de las denuncias, y anunció varias investigaciones contra los soldados de La Popa. 

Pero fue el relato de Edwin Manuel Guzmán, ex suboficial del Ejército y desmovilizado del Bloque Centauros 

de las AUC, el que puso bajo la lupa de la justicia el nombre del coronel Hernán Mejía.

Se descubrió lo impensable. Guzmán relató, como testigo directo, de la reunión que tuvo Mejía con el comandante del Bloque Norte de las AUC, 

Jorge 40, en una hacienda infestada de paramilitares. En la cita también estuvo el temible Hernán Giraldo, Óscar José Ospino, 

alias ‘Tolemaida’, Enrique López, alias ‘Omega’ y David Hernández, alias ‘39’, un militar retirado y amigo del coronel Mejía.

Cuando Mejía solo llevaba diez días al frente del Batallón de la Popa, le dijo que agarrara una pistola, se subiera al carro del batallón y lo llevara a 

una reunión donde los esperaban. Cuando llegaron a la finca estaba toda la cúpula del Bloque Norte, y Mejía saludó con gran afecto a ‘39’. Ese día

 Jorge 40 acordó pagarle a Mejía 30 millones mensuales por la alianza a la que habían llegado. 

Todas las bajas de los paramilitares pasarían como positivos del Batallón.

Con la investigación avanzando, la operación Tormenta quedó en entredicho. La hazaña realmente había sido una limpieza al interior de los paramilitares. 

Los supuestos guerrilleros aparecieron con los camuflados llenos de barro, pero el brazalete del ELN como nuevo. Lo que se supo un par de años después

 fue la verdadera razón de su muerte: por lo menos diez cuerpos tenían un tiro de gracia en la nuca, algo imposible en un combate por la noche.

 Finalmente, los cuerpos, a pesar de tener las distinciones de la guerrilla, aparecieron con los calzoncillos marcados con las siglas de las Autodefensas.

El comando de la muerte que comandaba Hernán Mejía tenía el apoyo del coronel Heber Hernán Gómez Naranjo, el segundo al mando en el Batallón

 La Popa y conocedor de todas las operaciones junto a los paramilitares. Fue él quien no investigó al detalle sobre los reportes de la 

muerte de los 18 supuestos guerrilleros que dieron de baja, y coordinaba todo cuando Mejía estaba ausente.

Hoy tanto Mejía como Gómez Naranjo se sometieron a la JEP. El primero asegura que va al tribunal de paz no para responsabilizarse de todas las

 ejecuciones extrajudiciales, sino para limpiar su nombre. Mejía fue condenado en 2013 a 19 años y 6 meses de prisión por su participación y

 responsabilidad en la conformación de una alianza con los paramilitares que delinquían en la región. Siempre lo negó e incluso escribió un libro que tituló

 Me niego a arrodillarme donde afirmaba que había sido parte de un complot de Santos a quien llamó traidor.

 Ahora recobró su libertad y se le ha visto en eventos y cocteles vistiendo el uniforme militar.

Por su parte, Gómez Naranjo rindió en noviembre de 2018 versión libre en la JEP y aseguró que el Batallón La Popa era una máquina de muerte.

 Aunque durante la investigación inicial que condenó a Mejía, Gómez declaró diciendo no saber nada,

 hoy su relato ha cambiado para esclarecer uno de los capítulos oscuros de las Fuerzas Armadas.


Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: SILA4141 Enviado: 13/05/2019 14:20


 
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