En el exilio de mi corazón ha brillado un haz de luz
Sin querer y a golpe de vista
Mis ojos divisan a la mujer que ha expuesto su bella sonrisa
Camina sin prisa y mirando el anochecer
El viento taciturno revuelve su cabello
Que hace mi mirar verla sin poderlo evitar
Como un sortilegio, un hechizo sentirla a su lado pasar
Mi corazón dio un vuelco
Y ella se volvió mi prioridad,
Es tan dulce y cálida,
Que aprisa y sin tardanza corrí en pos de ella
Que entre tropiezos la pude alcanzar,
Me puse frente a ella y no pude decir palabra
¡Qué bella es!
Se sobresalto con mi llegada
Le explique lo que conmigo pasaba
Que hace unos momentos mi vida era sombría
Pero al verle, el encanto de su sencillez y belleza
Me ha cimbrado de los pies a la cabeza
Tanto que le ha dado esperanza a mis días
Y dejen de sombríos por la tristeza,
Me miraste con extrañeza,
Agachaste la cabeza y diste un paso atrás,
Pensé en mi brillante fracaso y me quise alejar
De pronto, levantaste tu cabeza y me regalaste una sonrisa
Tus ojos sonreían también, pero de una manera especial
De tus labios salieron palabras que no creí esperar
La esperanza me la has dado tú,
No creí que en mi te fueras a fijar
¡Y mi ser abrió las puertas anhelantes de par en par!
Cuando nos dimos cuenta la noche había llegado ya
Pero era una noche plena de belleza
Por la cantidad de estrellas que se veían brillar
Ese pequeño haz de luz que tenue se atrevió a brillar
Cuando mi camino con ella se pudo cruzar
Acompañaba ahora a la luna
Nuestro sino iluminar,
Ahora yo también sonrío contento
Voy feliz por el bello encuentro
Y ahora voy de la mano de mi amada.
¿Qué pasará mañana?
¡No lo sé!
Seguramente habrá un amanecer esplendoroso
¡Un sol radiante!
Y el amor de ella…
Marco T. Valdez