Tortura nocturna
Cae la noche,
pesado ladrillo.
Comienzan a rondar los duendes.
Con sus lenguas hacen burlas,
se reparten los pedazos de mi alma,
sus carcajadas perturban,
inquietan,
con dedos fríos acarician.
Palpitan en la sien lúgubres recuerdos.
La canción oculta en el baúl del tiempo
vuelve a retumbar en las sombras,
La oscuridad es cómplice,
hace daño,
tortura.
sonidos extraños se perciben.
Vienen de nuevo los coros de fantasmas
a cantarle a las sombras del olvido.
Cae la noche,
sus zumbidos se cuelan bajo la piel
dejando la tristeza invadir profundo,
muy profundo
las cavidades de la conciencia.
Carmen Amaralis Vega Olivencia